Se acabó el verano y ya enfilamos el otoño (con permiso del veranillo de San Miguel). En muchas ocasiones, más que una estación, el otoño es un estado de ánimo. Esos tonos sepias y suaves, los días más cortos, el clima algo desapacible, parece que invitan a consumir un tipo de música diferente al de la época estival. Hemos seleccionado cuatro discos que encajarían en estas premisas, aunque seguro que cualquier momento durante el año también es adecuado para escucharlos. La elección podría ser otra, hay múltiples posibilidades, pero éstos los tenemos en la Biblioteca, así que además te los puedes llevar en préstamo.
Portishead
Dummy
Go! Discs (1994)
Comenzamos con uno de los mejores discos de la década de los 90, el debut de los británicos Portishead. Enmarcado en aquella corriente musical llamada trip-hop (o sonido Bristol), junto a artistas como Massive Attack o Tricky. Sin embargo, Dummy traspasa estas etiquetas para convertirse en un clásico imperecedero. Pop, electrónica, hip-hop, ritmos lánguidos, sonidos hipnóticos, la voz penetrante de Beth Gibbons, todo nos lleva a un cóctel irresistible. Ideal para el otoño, y más.
Placebo
Without You I’m Nothing
Hut Records (1998)
El segundo disco de la banda británica de rock alternativo Placebo es el más exitoso, valorado por la crítica y aclamado por los fans. Brian Molko y los suyos facturan una obra imprescindible de la época, desgarradora y profundamente emocional, oscura y transgresora. A destacar la presencia de David Bowie en la canción que da nombre al disco.
The Smashing Pumpkins
Adore
Virgin (1998)
En 1998 el grupo liderado por Billy Corgan estaba en la cresta de la ola, eran unas auténticas estrellas, y decidieron experimentar con Adore. Abandonaron su exitoso estilo guitarrero por un sonido electrónico más pausado y tranquilo. El resultado es oscuro y melancólico, minimalista en ocasiones, creando una atmósfera íntima e introspectiva. Por supuesto, este cambio no gustó a todo el mundo, pero Adore es un disco bastante aceptable. Como dijo el propio Corgan, “sonará como un álbum conceptual, pero sin concepto”. Perfecto para nuestra playlist otoñal.
Travis
The invisible band
Epic (2001)
Dejamos para el final el disco más luminoso y convencional de los cuatro. La banda escocesa Travis consiguió auparse al primer puesto de las listas británicas de éxitos durante algunas semanas con sus melodías pegadizas y un puñado de buenas canciones. Herederos del britpop hegemónico en los 90, su estilo sirvió de modelo para grupos incipientes como Coldplay o Keane. La cubierta de The invisible band cumple perfectamente con nuestro propósito otoñal, pura nostalgia y melancolía.
