+ Flamenco
Universal (2010)
“Morente estaba considerado como uno de los grandes renovadores del flamenco y, a la vez, como uno de los más grandes y brillantes cantaores de todos los tiempos, a la altura de uno de sus grandes amigos, el desaparecido hace casi 20 años Camarón de la Isla, al que admiraba profundamente. El cantaor granaíno ahora también nos deja huérfanos. Pero nos deja un legado inconmensurable, el de ser uno de los pioneros en cantar a los poetas y el mejor en adaptar poemas cultos, la fusión del cante jondo con el rock, la música árabe o la latinoamericana, en definitiva, el combinar su conocimiento de la tradición ortodoxa con una inquietud investigadora que lo hizo ser uno de los máximos responsables de la renovación del cante.”
Laura G. Torres
“La pasión por las artes se manifiesta a lo largo de toda la obra de Morente. Una pasión única en la historia del flamenco. No por afán de originalidad y de estar a la moda, sino por la necesidad de Morente de unir aquello que más ama en la vida, que es el flamenco, de unirlo al teatro, al cine, a las músicas, a la poesía llamada culta, a todas las artes, al arte en definitiva, porque como él mismo ha declarado en muchas ocasiones: “Yo creo que no hay músicas aparte, ni arte aparte”. Cuando digo unir, no me estoy refiriendo exclusivamente al término de fusión, de fusionar, sino también al diálogo y al encuentro con otras artes. También me refiero a adaptar. Adaptar música, ecos, sonidos y soniquetes flamencos a las empresas artísticas paras las que se solicita la extraordinaria capacidad creativa de Morente, a la manera como se solicita a un compositor de música la banda sonora de una película, o los efectos sonoros que acompañan a un espectáculo determinado.”
Balbino Gutiérrez
“Morente + Flamenco se va a los libertarios tiempos de aquel Madrid post-movida, de aquella Andalucía pre-AVE, cuando se afinaba el flamenco más contemporáneo, con uno de sus protagonistas esenciales. El Foro mantenía la vanguardia jonda gracias al tesón de flamencos que, en tiempos no propicios, supieron venirse arriba uniéndose a todo proyecto de futuro, aún sabedores de que “la cosa estaba cortita”; más que ganar, a veces hubieron de poner dinero. Lugares para el recuerdo serán el Café de Silverio, en el movido barrio de Malasaña, y la actual casa Candela. Allí se forjaron sueños como la Cumbre Flamenca, donde se inicia nuestro recorrido histórico, en el año 1984, con un Morente pletórico, joven de cuerpo y espíritu, acompañado por el paisano Paco Cortés.”
José Manuel Gamboa
Reportaje sobre Enrique Morente en “Al Sur”