75 aniversario de la muerte de Antonio Machado

21 de febrero de 2014

Se dice que a lo largo de la vida las personas morimos y renacemos en alguna ocasión, en estos días se conmemora el 75 aniversario de la muerte del genial poeta Antonio Machado. Por este motivo hay numerosos actos que hacen renacer su obra. Su triste final lo endulzamos desde aquí recordándole con mucho cariño.

A la muerte de su mujer, Leonor, se trasladó a la ciudad de Baeza, como profesor de francés en el Instituto de la Antigua Universidad baezana, dónde la luz y el aire revitalizaron y cicatrizaron sus heridas, lugar lleno de monumentos y gente sencilla y acogedora que le fueron mitigando su dolor.

Es fácil imaginarlo paseando por el camino que lleva su nombre, en la parte alta de la ciudad desde dónde se puede divisar un mar verde de olivos alineados perfectamente en las faldas de las sierras Mágina y Cazorla. Aún hoy se puede visitar el aula dónde daba clase y escucharlo a través de esta poesía.

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel

se representa a Caín

fugitivo, y muerto Abel

junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco

truena el maestro, un anciano

mal vestido, enjuto y seco,

que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil

va cantando la lección:

”mil veces ciento, cien mil,

mil veces mil, un millón”.

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de la lluvia en los cristales.

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Recuerdo infantil. Antonio Machado

Algunas de sus obras están disponibles en nuestras bibliotecas

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