“Fue el autor de docenas de bandas sonoras, algunas celebérrimas, pero su gran mérito radica en haberle puesto música al subconsciente melódico de millones de melómanos. Es un mérito enorme para un sintesista que nunca ejerció de cantante y que labró el grueso de su trayectoria en torno a la música instrumental, en teoría siempre más alejada de los gustos mayoritarios. Con Vangelis no fue así: su popularidad, en particular en la transición entre los años setenta y ochenta, fue colosal por medio mundo.”
Fernando Neira (El País)
El pasado 17 de mayo fallecía Evángelos Odysséas Papathanassíou, más conocido como Vangelis, a los 79 años de edad. Griego universal, su gran mérito reside en haber conseguido permanecer en la memoria colectiva aunque sus composiciones fueran más apropiadas para un público minoritario. Pionero de la música electrónica, innovador, prolífico, precursor en cierta medida del posterior movimiento new age, su carrera se caracterizó por unas determinadas constantes: “la pasión por ambientes planetarios, la música de vocación sinfónica pero con dimensiones melódicas muy accesibles, y un dominio efectista de los sintetizadores de última generación”.
Los inicios de Vangelis se remontan a finales de la década de los 60, estando en París, cuando forma la banda de rock progresivo Aphrodite’s Child junto a su primo, el posteriormente célebre Demis Roussos. Tras unos años, comienza su carrera instrumental en solitario y desde el principio el teclista griego muestra su gusto por los sonidos envolventes, casi adictivos, de temática espacial y evocaciones galácticas. Un buen ejemplo de esto es Heaven and Hell, de 1975. Estas composiciones le llevaron a rivalizar en popularidad con el artista francés Jean Michel Jarre. También reseñable es su colaboración en tres discos con Jon Anderson, el líder del grupo de rock sinfónico Yes. Sin duda serán las décadas de los 70 y 80 cuando Vangelis desarrolle sus trabajos más brillantes.
“Como teclista y músico, aparte de su extraordinaria capacidad compositiva, su mayor aportación a la música y cultura del siglo XX fue conseguir que la música de vanguardia se convirtiese en algo asequible y disfrutable para el gran público. Un mérito conseguido a través de la música electrónica en sí y en el empleo bastante pionero del sintetizador como un instrumento más.”
La Vanguardia
Pero si por algo es conocido Vangelis es por sus bandas sonoras. Su legado es abundante, aunque quizás la más memorable es la compuesta en 1981 para Carros de fuego, por la que consiguió al año siguiente el Oscar a mejor b.s.o. En 1982 también compuso el score para la mítica Blade runner de Ridley Scott, auténtica obra de culto en ambos aspectos. Con el mismo director repetiría en 1992 para acompañar las imágenes de la fallida 1492: la conquista del Paraíso. Además de sus creaciones para el circuito cinematográfico, Vangelis también trabajó asiduamente en el mundo de la música publicitaria y algunos de sus temas sirvieron de apoyo a varios documentales (como es el caso de la famosa serie Cosmos de Carl Sagan).
“Vangelis inició su carrera en solitario con una idea en la cabeza: escapar de los rigores formales del rock y buscar una libertad compositiva que quiso alcanzar gracias a la construcción de su propio espacio de grabación y la búsqueda de un lenguaje instrumental que recuperara el lenguaje de la música clásica para un público joven, decididamente hippie y contracultural.”
Javier Blánquez (El Mundo)
En la Biblioteca encontrarás el recopilatorio Odyssey, una buena manera de acercarse a la obra del artista heleno y a su extensa producción musical, a veces desigual, pero casi siempre personal y grandilocuente.