“84, Charing Cross Road” de Helene Hanff es un pequeño relato en forma epistolar que reproduce la correspondencia mantenida durante 20 años entre la extravagante americana Helen Hanff y Fran Doel, responsable de una librería de viejo de Londres, desde 1949. Todas las cartas tienen su encabezamiento correspondiente entre Nueva York y Londres.
La relación comienza por el interés de ella por libros de temática clásica que no encuentra y que solicita a buen precio. Él pretende que ella abone sus pedidos mediante giros, pero ella le contesta que seguirá enviado el dinero a través del correo ordinario.
“Digamos que soy una escritora pobre amante de los libros antiguos y que los que deseo son imposibles de encontrar aquí salvo en ediciones raras y carísimas, o bien en ejemplares de segunda mano en Barnes & Noble que, además de mugrientos, suelen estar llenos de anotaciones escolares.”
Es de lectura fácil y sencilla, con el trasfondo de la situación social del momento que se refleja en las penurias económicas, en la época de racionamiento después de la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra y en el ambiente triste y deprimido. A Helene le preocupa y trata de mitigar algunas carencias enviándoles algunos productos.
“He enviado el paquete. El elemento principal de su contenido es un jamón de unos tres kilos.”
Es muy curiosa la diferencia de redacción en las cartas, se contrapone el lenguaje directo sin ambages con exigencias con el del librero inglés tan correcto, adecuado y formal. A medida que avanza la relación el trato va cambiando, se van conociendo más y la familiaridad es mayor, aunque siempre se aprecian esas diferencias entre la escritora y el librero. Ella tiene un estilo directo y extrovertido y la elegancia de él. A pesar de las quejas y exigencias siempre la contestación es igual de correcta.
“¿Dónde está el Leigh Hunt? ¿Dónde está la Antología de la poesía inglesa de Oxford que le pedí? ¿Dónde mi Vulgata y ese querido y viejo loco de John Henry, con los que había pensado pasar horas de edificante lectura durante la Cuaresma? ¡No me envía usted NADA!”
A medida que avanza la relación empieza a escribirse con otras personas de la librería, siempre con un trasfondo de generosidad, complicidad y cercanía, estas en un tono nada profesional.
La relación avanza, la amistad crece y la invitan a Londres, dónde estarían encantados de recibirla, pero sus condiciones económicas no le son favorables hasta pasado mucho tiempo, coincidiendo su bonanza económica con la publicación del libro.
Es una novela en la que podemos apreciar gran amor y admiración por los libros y la cultura clásica. El interés por los libros es un acicate para el acercamiento entre personas.
Ha sido adaptada al teatro y al cine.
Es una novela muy recomendable de la que disponemos de un ejemplar en nuestra biblioteca.
Rosa Jiménez Villarín