
Leer un libro con siete relatos tan estupendos es una maravilla, pero si además se puede comentar con la autora, se enriquece la lectura, se aclaran algunas cosas y se participa de algunos entresijos de su proceso de creación. Una de las cosas sorprendentes de esta lectura fue la unanimidad de todos los componentes del grupo que pudimos participar de esta experiencia tan genial. Además de los comentarios hubo gran cantidad de enhorabuenas para la autora y deseando que escriba y publique algo más para poder disfrutar de su lectura, por ello es muy recomendable.
Pero ya es hora de decir el título “Johnny Cash no es para niños” de Elena Prieto, magníficos relatos.
Las historias que componen este libro no son todas con una línea argumental común, presentan variedad de temas y de situaciones. Su lectura es ágil y fluida, pero con una gran profundidad, que siendo temas arduos mantienen la atención y la necesidad de saber cómo se van desarrollando. Transmiten mucha inquietud y en muchos casos sobrecogen, son intrigantes y perturbadores.
“Su andar discurre vacilante y sinuoso, de cuando en cuando se ríe y se quiebra su paso, podría parecer que va a caerse, pero se recompone enseguida y sigue su caminar torcido.”
Las protagonistas son mujeres fuertes y frágiles, en lucha consigo mismas. Y aunque parezca una contradicción, algunas acaban de poder superar situaciones complicadas y sentir algo de alivio y de libertad. En la mayoría de los casos son víctimas que se acaban convirtiendo en verdugos, pero se empatiza con ellas, a pesar de lo ocurrido se las disculpa por su situación anterior. Los personajes los vamos conociendo por los que nos van contando y también por sus diálogos interiores.
“Se dice que por las noches se la escuchaba aullar de rabia, pero eso pertenece a la categoría de los rumores.”
Muy bien descritos los ambientes, te envuelve el vientecillo de la noche, se siente el frío gélido, aturde el ambiente ruidoso de un bar en la hora de los desayunos, y otros muchos en los que se desenvuelven nuestros protagonistas.
“Puede que sean las tres o que tal vez sean las cuatro de la mañana, el aire de la noche es suave y acaricia las superficies jugando con ellas.”
En ellos encontramos situaciones cotidianas, que acaban aflorando problemas, miseras y muchas dificultades, brotan violencia y desgracias. Se siente ansiedad y zozobra, que puede ser real o sentida por ellos.
“Fue una tarde preciosa. No faltó nadie. Bailamos todos cosidos por los recuerdos y la pena en una tarde que parecía no terminar nunca y que sería inolvidable.”
Entre los temas que comparten la mayoría de los relatos están los malos tratos, la sumisión, la soledad, el resentimiento, el rechazo, la maternidad obsesiva, el remordimiento y con fuerza la venganza en casi todos. Buen manejo del lenguaje, muy adecuado para cada ambiente y para cada tipo de personaje.
Elena Prieto nos comentaba que en encuentros anteriores, le habían dicho que las narraciones tenían un final abierto. Pero es mejor que después de su lectura cada lector imagine lo que va a suceder a continuación, además cerrar algunos de ellos los hubieran quitado emoción, algún final tan sorprendente que mejor es no explicarlo y otros hay que pensar cual es la situación que más nos gustaría que pasara. Estos peros, para mí son acertados. Lo mejor es leerlo y decidir de que lado se posiciona cada persona.
En nuestra biblioteca tenemos un ejemplar y es muy recomendable su lectura, y así poder decidir si los finales son los más acertados.
Rosa Jiménez Villarín