“Nadie llegó hasta donde llegaba Aretha Franklin. La pureza de su canto, esa vibración con el corazón desparramado como galopando entre estrellas, empujaba a alcanzar la luna, a soñar despiertos, a vivir en otra dimensión. En su clímax, parecía que se abriesen las puertas del cielo, cuando simplemente se curaban todas las heridas. Era única. Era Aretha Franklin, la voz del alma.”
Fernando Navarro (El País)
Aretha Franklin – Think
Hace ya bastantes años solía frecuentar un local en la zona de Huertas (el actual Barrio de las Letras) que se llamaba Anvic (en honor a sus dueñas, Ángeles y Victoria). En la mayoría de bares y pubs se escuchaban ritmos ochenteros, pop-rock comercial y bailable de la época, además de las nuevas corrientes hegemónicas de música electrónica y britpop. Pero el Anvic era un pequeño templo de los 60 y, sobre todo, el soul. Allí aprendí a querer esta música del alma, mientras disfrutaba con las voces de Otis Redding, Carla Thomas, Jackie Wilson, Smokey Robinson, Wilson Pickett, The Supremes y tantos otros. Y allí nunca podía faltar Aretha. En cuanto sonaba alguno de sus himnos (Think, Chain of fools, Respect…) sabías que algo especial estaba sucediendo. Esa voz inigualable, ese poderío, esa pasión. La Reina.
Aretha Franklin – Chain of fools
También aprendí algo primordial de la música popular, su capacidad para evolucionar y combinar diferentes influencias y estilos (algo tan habitual y común en la actualidad, cuando nos referimos a la fusión y el mestizaje). Así aquellos talentosos jóvenes de la British Invasion se empaparon de los sonidos propios del blues y el soul, mientras que al otro lado del Atlántico también supieron reinterpretar esos ritmos frescos y novedosos que habrían de dominar el mundo. Me vienen a la cabeza muchas versiones increíbles, como la de Satisfaction por Otis Redding, Eleanor Rigby por Aretha, o Gimme shelter a cargo de los Rolling Stones.
Aretha Franklin – Eleanor Rigby
Y en medio de esta efervescencia creativa estaba ella, Aretha Franklin. Con su voz irrepetible estaba destinada a triunfar. Mamó la música desde pequeña en su entorno familiar, se inició como la mayoría en la senda del gospel y el jazz, pero gracias a Atlantic Records el soul ganó a su cantante más emblemática. A sus facultades artísticas unió una gran personalidad y un destacado compromiso social, lo que la convirtió en un icono de referencia para la comunidad afroamericana.
Aretha Franklin – Respect
Realmente una pérdida irreparable aunque, como siempre, nos queda su legado. En la Biblioteca tenemos una buena colección de música soul, entre la cual encontrarás The very best of Aretha Franklin.
Aretha Franklin – Baby I love you