Hoy es un día especialmente señalado: el día internacional de la danza.
En nuestra biblioteca tenemos la gran suerte de contar con una fantástica colección de discos que te harán bailar tanto como desees, es muy recomendable hacerlo. La experiencia es liberadora, divertida, edificante…en fin, cada persona siente cosas muy diferentes cuando lo hace. A veces uno se lo piensa demasiado…o siente que algo le frena.
Movemos el esqueleto porque los pulsos rítmicos nos entran por los sentidos, de ahí se originan estímulos nerviosos y éstos, más o menos rápido hacen que se contraigan los músculos que lo mueven.
Mover el esqueleto es una reacción natural de lo más esencial, pero tristemente en demasiadas culturas se tiende a reprimir este por distintos condicionantes, lo cual nos ha llevado a una desprogramación neuromuscular del mencionado proceso natural.
¡Pero no os preocupeis, que esto es reversible! Pero hay que reprogramarse, ¿y cómo?, pues sintiéndose libres de bailar cuándo y dónde nos apetezca, y por supuesto del modo que nos apetezca.
No me canso de citar a Bob Fosse: “Vive como si fueras a morir mañana, trabaja como si no necesitaras el dinero, baila como si nadie te estuviera mirando”.