En sus inicios Frank Sinatra tuvo como modelo a Bing Crosby y formó parte de orquestas como la de Tommy Dorsey. En los años 40 comenzó su carrera en solitario firmando por el sello Columbia y luego llegaría en los 50 su época más estelar con Capitol, coincidiendo además con la consecución en 1954 del Oscar al mejor actor secundario por su participación en la película De aquí a la eternidad. En los 60 cumplió su sueño de crear su propia discográfica, Reprise, lo que le permitió tener un control absoluto sobre sus grabaciones. En los años sucesivos casi siempre tuvo discos en el mercado y realizó múltiples giras y conciertos, en los cuales su innegable atractivo le garantizaba un éxito seguro de público. Durante toda su carrera, Sinatra se convirtió en el mejor embajador y difusor de la música popular norteamericana (Cole Porter, George Gershwin, Irving Berlin…), dejando para la posteridad una ingente cantidad de clásicos y standards, gracias en parte a la colaboración de sus necesarios arreglistas (Billy May, Nelson Riddle, Quincy Jones, Neal Hefti…).
Nothing but the best, recopilatorio compuesto por 1 cd y 1 dvd, aparece ahora que se cumple el décimo aniversario del fallecimiento del artista. El cd incluye 22 temas, la mayoría de la etapa en el sello Reprise, auténticos clásicos de enorme popularidad (My way, Come fly with me, The way you look tonight, Fly me to the moon, Strangers in the night, My kind of town, It was a very good year, That’s life, New York, New York…). La selección es incompleta, recoge sólo la última época del cantante, pero merece la pena escuchar esta colección de éxitos, algunos de los cuales han alcanzado la categoría de himnos. Por su parte, el dvd incluye un concierto de Sinatra en el Royal Festival Hall.
En palabras del propio Sinatra, “I adore making records, I’d rather do that than most anything else”. Y realmente lo hizo muy bien, con su melódica y sutil manera de cantar, siempre vocalizando con naturalidad y sin estridencias.