Hablando de poesía, reconozco que yo no he sido nunca mucho de este género… y eso que, como muchos niños, me inicié con los poemas de Gloria Fuertes que, como principio, era bastante prometedor… Porque… ¿quién no recuerda aquellos versos de “Don Pato y Don Pito dan un paseíto”?, por ejemplo… Sin embargo, hace unos días, me presentaron la micropoesía… y fue todo un descubrimiento… en concreto me leyeron este poema de Ajo… y no pude reprimir una sonrisa… que es muy probable que explotara en carcajada, aunque no me acuerdo muy bien…
“Te adoraré siempre y me importas un pimiento
todavía no riman
pero ya rimarán con el tiempo”.
Y decidí que merecía la pena seguir investigando. Porque mira que es complicado condensar tanto mensaje en sólo tres versos… ¡y, además, con tanta gracia! Y, por otro lado, a lo mejor resultaba que yo sí que era de poesía, y me lo había estado perdiendo… Así que volví a mis orígenes, y aprovechando que este año se celebra el centenario de su nacimiento, retomé a Gloria Fuertes, que siempre fue muy precursora, y me sorprendió ver que ella también había estado metida en esto de la micropoesía
La poeta
La poeta se casó con el poeto
y en vez de tener un niño
tuvieron un soneto.
¡Esto se iba poniendo cada vez más interesante! Pero, ¿por dónde seguir? Y entonces, me encontré con María Leach que, además de tener un poemario publicado, es muy de redes sociales, y tiene cuenta en Instagram #mariaenverso
Hasta el GPS lo sabe.
Vas por la ruta
más rápida.
¿Pero,
a dónde?
Y, entonces, pensé… si esto de la poesía ha cambiado y extendido tanto, que hasta por las redes sociales se difunde… lo mismo, incluso, ¡¡hay hasta torneos!!! Y buscando, buscando, me topé con el Poetry Slam, en el que los participantes compiten recitando y dramatizando sus poemas.
De repente, me vi superada, pero con “h” intercalada, como diría Ajo. Los participantes de estos poetry slams tenían cierto ritmo y me acordé de la música. Aunque esto tan nuevo no es, porque los cantautores siempre han tenido algo de poetas… o algunos poetas de músicos… Y pensé en Marwan y en su libro “La triste historia de tu cuerpo sobre el mío”, que también convirtió en canción
Y al final decidí que, definitivamente, yo también soy de poesía.
E. M.
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