Hace algún tiempo pude leer en un diario digital la noticia de que uno de los grandes del comic, los tebeos o la novela gráfica – que cada cual elija el nombre que quiera – daba por concluida esa etapa para dedicarse a otros campos como el cine y la novela. Según sus propias palabras: “Hay 250 páginas de viñetas que tengo todavía en mí, después he terminado con los cómics”.
Como novelista ha dedicado más de diez años a su magna Jerusalem, monumental obra de más de 1200 páginas publicada en septiembre de 2016, todavía no traducida al castellano aunque parece que Planeta Cómic ha adquirido los derechos y posiblemente vea la luz en el presente año 2017.
Alan Moore (Northampton, 1953) es el autor de una novela gráfica sobre la que quiero hablar en esta entrada y sobre la cual caben solamente dos opiniones: para unos está entre las mejores jamás realizadas, para otros es, simplemente, la mejor.
Se trata de WATCHMEN, obra maestra del citado guionista y escritor británico y del dibujante e ilustrador, británico también, Dave Gibbons (Londres, 1949). Fue publicada en 12 entregas entre los meses de septiembre de los años 1986 y 1987 por la editorial estadounidense DC Comics y su título es parte de una frase que aparece pintada a modo de grafiti con cierta reiteración en sórdidos callejones a lo largo de varias entregas de la serie y que curiosamente nunca aparece completa, siempre cortada o semitapada por algún personaje. A su vez esta frase es la traducción al inglés de unos versos de la Sátira VI del poeta romano Décimo Junio Juvenal (Aquino, 60 – Roma, 128):
Audio quid ueteres olim moneatis amici,
‘pone seram, cohibe.’ Sed quis custodiet ipsos
custodes? cauta est et ab illis incipit uxor.
(Escucho siempre el consejo de mis viejos amigos,
“¡Enciérralas, contrólalas!” Pero ¿quién vigila
a los vigilantes? Los planes de las esposas comienzan con ellos)
La podemos ver por primera vez en la entrega nº 1, página 9:
Y otro grafiti de la frase, esta vez bastante tapado por los personajes en el nº 3 de la serie, página 11:
Alan Moore es un personaje peculiar y un punto extravagante, ya de estudiante fue expulsado de la escuela de secundaria a los 17 años, el director escribe personalmente a otros institutos de la zona para que no lo acepten ya que “es un sociópata que ejercería malas influencias sobre la moral de los estudiantes”. Tras esta expulsión encuentra su primer empleo en un lugar en el que despellejan animales muertos para tratamiento de las pieles, a las dos semanas es despedido por fumar marihuana. Su siguiente trabajo consistió en limpiar baños en un hotel.
Su aspecto físico puede sorprender a primera vista aunque lo que realmente sobresale es su talento y originalidad, algo que ya demostró desde niño al ser un buen estudiante con altas calificaciones aunque, tal como digo más arriba, el colegio no fuera su fuerte a la vista de cómo le fue en ellos.
Anarquista y caoista (seguidor de una heterodoxa forma de magia, la más poderosa según sus seguidores, denominada Magia del caos) confeso que sus influencias provienen de autores de la talla de H.P. Lovecraft, Jack Kirby, E. A. Poe, Arthur Machen, H.G. Wells, William Burroughs o Harvey Kurtzman, lo que ya nos permite vislumbrar por qué derroteros irá su capacidad creadora y su imaginación.
Trabajó en su país como guionista en múltiples publicaciones: periódicos, revistas musicales, fanzines y otras calificadas como underground lo que le proporcionó variados premios y reconocimientos que propiciaron ser contratado por la editorial norteamericana DC Comics, competidora directa de Marvel, en 1983. En DC desarrolla trabajos de gran éxito hasta el surgimiento de Watchmen en una época, mediados de los 80, en que comienza una era política dominada por el ascenso de la derecha en el mundo: Ronald Reagan en EEUU (Presidente 1981-1989), Margaret Thatcher en Reino Unido (Primera Ministra 1979-1990) etc. Alan Moore la considera una época triste, sombría y compleja sobre la que quiere escribir pero desde un punto de vista situado en un futuro no muy lejano. Eran años de guerra fría, la guerra nuclear no parecía una idea descabellada, nuevos males aquejan a la sociedad – drogas, subversión, promiscuidad, etc.
Watchmen está protagonizada por un grupo de superhéroes que regresan después de años de silencio obligado. Hubo un grupo de ellos, de primera generación, los Minutemen, que combatieron al crimen organizado en EEUU entre los años 1939 y 1949 en que se disolvieron. Años después, en 1966 Capitán Metrópolis (antiguo Minutemen) se empeña en formar un grupo que los sucediera bajo el nuevo nombre de Los Justicieros que, aunque no llegó a cuajar, sí fue el origen de un núcleo de lo que llegarían a ser los Watchmen partiendo del propio Capitán Metrópolis y de El Comediante, los dos únicos conectados con Los Vigilantes. Estos superhéroes se humanizan, su parte fantástica es mostrada como algo ridícula, mientras la parte humana aparece como símbolo de distintos tipos de seres humanos para probar sus valores de poder y responsabilidad, sus interacciones y sus relaciones complejas: amor, odio, engaño, amistad, violencia, guerra
Tras años de lucha contra el mal y de prestar una inestimable ayuda en los grandes logros de la política y de la sociedad norteamericana su popularidad va decayendo ante aquellos a los que defendieron e incluso ante la propia policía, lo que lleva a la promulgación de la Ley Keene (1977) que prohíbe sus actividades lo que no les deja más salida que el retiro, la actuación al margen de la ley (como es el caso de Rorschach) o el mantenimiento de una actividad más o menos secreta con la conformidad del gobierno.
En 1985 la policía investiga sin demasiado éxito el asesinato de un ciudadano, Edward Blake, en muy extrañas circunstancias. El antes citado Rorschach investiga el suceso por su cuenta y descubre que el asesinado no es otro que El Comediante, uno de los superhéroes disfrazado que actúa como agente del gobierno. Avisa a sus antiguos compañeros ya que supone la existencia de una trama para eliminarlos a todos ellos. Esto les sirve de acicate para retomar sus antiguas actividades como vigilantes.
Este es el arranque de una trama compleja que abarca situaciones distintas, desde un romance hasta una conspiración para el asesinato, una violación y el descubrimiento de un verdadero padre biológico que pone de manifiesto lo complejo de las relaciones humanas, a los planes para parar una inminente guerra nuclear entre EEUU y la Unión Soviética. Todo ello dentro de una narración no lineal, con saltos en el tiempo, mezclado con historias paralelas y personajes secundarios, flashbacks que explican determinados hechos de la narración que son diferentes pero que realmente tienen alguna relación.
En definitiva, a base de simbolismos se nos muestra la ambigüedad entre el bien y el mal. Cada uno de ellos se nos presenta de manera que tengamos que elegir entre una forma de ser y de actuar según los modelos de valores que nos ofrecen y que se acercan más o menos a nuestra propia percepción. Los superhéroes, vestidos de vigilantes, tratan de salvar al mundo desde un punto de vista algo mesiánico ya que, según Dave Gibbons, su dibujante, “El problema es que cada uno tiende a verse como un héroe y que el villano no piensa nunca que lo es”.
No es fácil explicar esta obra, hay que leerla, meterse en ella e ir descubriendo nuevos aspectos según avanzamos en su trama. Leída varias veces aparecen nuevos detalles que pasaron inadvertidos. Algunos la han calificado como el Ulises de la novela gráfica aunque el propio dibujante asegura que no había leído la novela de James Joyce.
La obra ha sido merecedora de múltiples premios, entre ellos el Premio Hugo (1988) para autores del género de ciencia ficción y fantasía, siendo la primera novela gráfica o cómic en conseguirlo. En 2005 la revista Time elaboró una lista con las 100 mejores novelas en lengua inglesa desde 1923 y en ella estaba incluida como única novela gráfica.
En la biblioteca dispones de la obra completa, las 12 entregas en un único volumen. Mira AQUÍ el registro en nuestro Catálogo.
Fue llevada al cine, dirigida por Zack Snyder, en 2009 aunque con el rechazo manifiesto de Alan Moore a la adaptación de su obra. También la película está disponible en la biblioteca: DVD
Antonio F. Fernández Luque