Shock cultural

21 de junio de 2011

Aire acondicionado, pantalón corto y un ligero olor a cloro en el ambiente. Llega el verano, con sus largos días y sus calurosas noches, y a todos se nos pasa un mismo pensamiento por la cabeza: vacaciones. Olvidar por unos días las cuatro paredes de la oficina y esas privilegiadas vistas al enladrillado del edificio de en frente. Evadirnos en lugares paradisíacos para desconectar de nuestra habitual rutina. Viajar al lugar más recóndito del planeta.

La aldea global nos espera y nuestro afán por huir de lo cotidiano nos conduce a sitios exóticos buscando contrastes. Australia, Japón, Rusia, La India… Pero, ¿qué sucede cuando la aldea supera lo global? Como señala Mark McCrum en su obra Hacerse el sueco en las antípodas: manual de supervivencia para viajeros despistados, las tradiciones locales no desaparecen con facilidad y cada cultura mantiene peculiaridades que pueden hacer que un viajero provoque un incidente internacional. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué no se debe sonar uno en público en Japón?, ¿por qué no deberías regalar un abrecartas a un chino? o ¿por qué no es aconsejable guiñarle un ojo a una mujer en Australia? Un acto inocente que pasaría completamente desapercibido en nuestro entorno puede quedar en una divertida anécdota o derivar en un shock cultural que eche a perder nuestros días en el paraíso.

Cada pequeño acto cotidiano se convierte en un acertijo: hablar por teléfono, elegir una comida, usar la entrada o salida correcta de un lugar público, saludar, afirmar o negar, en fin, poder transitar sin trabas ni ansiedades a lo largo de un día de trabajo, estudio o paseo.

Para evitar malentendidos y disfrutar plenamente de nuestra experiencia como turistas sin sentirnos Lost in translation, lo mejor es ser previsores y tener en cuenta las peculiaridades culturales que encontraremos en nuestro destino. Por ello en la Biblioteca de Colmenarejo hemos hecho una selección de materiales que servirán de ayuda para quienes ya han elegido un destino original, para quienes desean conocer nuevos horizontes y para los que prefieren viajar a través de su imaginación.

Y recordad: cuando visitéis una cultura diferente, ¡no os hagáis los suecos!

Categorías: 365 días de libros

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