Había escuchado hablar de Big Little Lies, la serie de HBO, sobre todo en las redes sociales por el elenco que la componía; algunas compañeras de clase me lo habían mencionado hace meses; luego me llegó el rumor de los premios que se llevó en los Globos de Oro, y tal y tal. Pasó un tiempo hasta que decidí verla cuando el DVD llegó a la Biblioteca de Humanidades.

En clase siempre nos comentan la importancia de los personajes en las historias, cómo deben cautivarnos o al menos crear un gusanillo de interés por saber qué va a pasar con ellos, por qué esta es así, cuáles son sus problemas y por qué los oculta y eso fue lo que me pasó con Madeline (Reese Whiterspoon), Celeste (Nicole Kidman), Jane (Shailene Woodley) y Renata Klein (Laura Dern). Ver en la pantalla de mi ordenador cómo estas 4 madres viven una especie de guerra civil en el idílico Monterrey me produce un placer espectatorial que solo consigue este tipo de dramedia familiar en las que elementos como el asesinato, el misterio y el drama son claves para engancharme al producto.

Esto lleva a plantearme una cuestión: ¿Me gusta la serie porque hay mujeres peleándose entre sí? o ¿Me gusta este conflicto entre mujeres porque sé que al final todas van a llegar a un punto común?

Y vaya punto en común más épico…

La serie habla de la sororidad entre mujeres adultas. Reflejada en la relación del trío Madeline-Celeste-Jane pero en oposición a ellas encontramos a Renata Klein (la madre empresaria) y Bonnie (la nueva esposa zen del ex marido de Madeline) que son las antagonistas del relato al principio. Pero es que sin conflicto no hay interés alguno. Sin drama no hay nada. Por eso comprendo que para que el mensaje feminista ‘light’ de la serie llegue al final, se tenga que pasar por estos baches. Sin problemas intermedios no hay resolución feliz. Pero no voy a comentar nada sobre el desenlace por si alguien se anima a ver la primera temporada.

Creo que es digno de mencionar el trabajo de edición que se hace con la serie, que es tan de HBO, para mí la trama es de dramedia de ABC totalmente, porque las raíces de la historia no es algo que no hayamos visto ya unas cuantas veces, pero lo que la hace de HBO es la postproducción, las elipsis, los comentarios de los vecinos entre escena y escena y los planos de las olas de playa que estallan contra las rocas del idílico Monterrey.

Por Angello Vivar Cabrera, alumno de la UC3M.