Han pasado ya casi dos años desde la emisión del último episodio de la versión americana de The Office. The Office como idea más que como serie; una idea tomada por los americanos a los británicos y desarrollada a lo largo de nueve temporadas durante ocho años.
La serie de la BBC toma forma en el año 2001. Surge de sus creadores Ricky Gervais y Stephen Merchant, también directores y guionistas. Se trata de una comedia de situación que, con estética documental, nos muestra el día a día de una oficina de la empresa Wernham Hogg Papper Company, una compañía de papel.
Tras dos temporadas, varios premios BAFTA TV, dos Globos de Oro y cuatro nominaciones al Emmy, la serie será adaptada por la NBC en 2005. De nuevo se graba una oficina de una sucursal en Scranton (Pensilvania) de la empresa papelera Dunder Mifflin.
Al igual que los británicos, la versión americana continúa con esa estética documental: buena parte del tiempo cámara al hombro, rencuadres, miradas y apelaciones directas a cámara… Por otro lado, mantiene los mismos roles de los personajes principales. En primer lugar, un jefe (Ricky Gervais en la serie británica y Steve Carell en la americana) completamente metido en su oficina aunque la profesionalidad no es su principal cualidad, la cual, él mismo considerará que es su sentido del humor, que puede llegar a ser tan agudo como triste. Por otra parte estará la secretaria de la oficina (Lucy Davis en la versión británica y Jenna Fischer en la americana), una chica discreta que está prometida con un trabajador del almacén pero tendrá una amistad especial con un vendedor que se sienta frente a ella (Martin Freeman en la versión inglesa y John Krasinski en la americana). Este vendedor puede llegar a ser el más centrado y profesional de la oficina aunque al mismo tiempo protagonizará buena parte de las escenas más cómicas a raíz de las confrontaciones con “el subdirector regional”, como se considerará el mismo, aunque es otro vendedor (Mackenzie Crook en la serie británica y Rainn Wilson en la americana), tan peculiar que es inútil tratar de definirlo.
A parte de estos cuatro personajes protagonistas de la serie británica, los americanos consiguen un protagonismo mucho más plural con el resto de trabajadores de la oficina, individualizados y caricaturizados al extremo. Así, The Office, a lo largo de nueve temporadas consiguió cultivar el humor más polivalente de la televisión gracias al trabajo de su amplio equipo de guionistas (Greg Daniels –también creador–, Ricky Gervais…), productores (Steve Carell y Mindy Kaling), productores ejecutivos (B. J. Novak, Stephen Merchant…) y, sin olvidar, su elenco de actores.
La serie dividió a la crítica en la primera temporada, pero pronto consiguió labrarse un camino reconocido en televisión y consolidar el apoyo de sus seguidores que han hecho que la serie continuase creando historias y haciendo reír desde 2005 a 2013.
Además, no han sido pocos los premios obtenidos a lo largo de toda su historia televisiva, entre los que encontramos dos Emmy al mejor montaje de comedia y guion, un Globo de Oro al mejor actor (Steve Carell), entre multitud de nominaciones.
En definitiva, se trata de un must-see de las comedias de situación.
Penélope Ara Arellano (alumna UC3M)