TABÚ LATINOAMÉRICA: CUERPOS MODIFICADOS (Cap. 1×1)Paloma González e Irina Medina
Grupo 52Estrenado el 16 de mayo de 2010, Tabú Latinoamérica es un programa producido por Fox Telecolumbia para el canal de televisión National Geographic que trata sobre personas con un físico o un estilo de vida asociado al extremo y por tanto visto como un tabú especialmente en sociedades tan conservadoras como la hispanoamericana. Valedora de records de audiencia que se han mantenido hasta ahora, el documental apuesta por un elevado presupuesto no solo por los requerimientos del formato (está realizada íntegramente en HD), sino por el basto territorio en el que busca sus historias: más de 20 ciudades de países como Argentina, Brasil, México, Colombia y Venezuela.Tabú rompe con la dinámica del documental tradicional de carácter observacional orientado a un público más adulto y formado. Por el contario, su estética y sus temas apelan directamente a un público joven. Además, la responsabilidad de casi todo el guión recae en sus protagonistas. En el primer capítulo de la primera temporada, titulado Cuerpos modificados, son los propios tatuadores y tatuados los que explican y defienden sus puntos de vista en un intento por normalizar su situación. Nos invitan a sus lugares de trabajo y responden preguntas esenciales que cualquiera podría tener acerca de ellos: por qué lo hacen; cómo; de qué manera viven y por qué no deberíamos temerles. Además nos ofrecen un retrato de su familia y de su rutina cotidiana que no deja de ser tan normal como la de aquellos que los discriminan.Dejar el camino libre a los protagonistas para que cuenten su propia historia, presentándola con una voz en off que intenta posicionarse lo menos posible a favor o en contra, nos parece una elección acertada. Por otro lado es una solución inteligente si pensamos en los espectadores, ¿cuántos de ellos no habrán visto satisfecho el deseo vouyerista de escudriñar por un día la vida intima de estos extravagantes con los que se habrán cruzado alguna vez a pie de calle?Por la misma línea, disminuir las interpretaciones y opiniones médicas nos parece fundamental a la hora de paliar el principal estigma social que sufren las personas con cuerpos modificados: el de poseer una conducta patológica. Ahora bien, también existe una ausencia fehaciente de otra clase de profesionales que pudieron haber profundizado en la explicación de esta nueva costumbre social que se empeña en salir del estereotipo de ‘moda pasajera’.No cabe duda de que el programa tiene carnaza, y es ahí donde se difuminan sus verdaderas intenciones. Todo intento de normalización de la situación queda diluido en medio de unas impactantes imágenes que rozan lo gore. Desde escarificación, pasando por un cuasi amputado de orejas hasta una perforación de la piel de las rodillas con un taladro. Ejemplos extremos con los que seguramente una gran parte de los aficionados al bodymodiffication no se sintieron identificados. Lo desdeñable del show es que al final tal crudeza de las imágenes hace que el temor a lo desconocido se convierta sencillamente en un rechazo a lo grotesco.Seguro que al final el espectador sació su sed de sensacionalismo y el canal quedó satisfecho con los altos números de rating, pero la modificación corporal como una forma alternativa de expresión cultural y social no quedó bien parada. Se desaprovechó así la oportunidad de presentarla como un exotismo positivo en el contexto tan rico de diversidad que existe en Latinoamérica, mientras que lo único que se logro es confinarlo a todas las connotaciones peyorativas de la etiqueta ‘tabú’.
Grupo 52Estrenado el 16 de mayo de 2010, Tabú Latinoamérica es un programa producido por Fox Telecolumbia para el canal de televisión National Geographic que trata sobre personas con un físico o un estilo de vida asociado al extremo y por tanto visto como un tabú especialmente en sociedades tan conservadoras como la hispanoamericana. Valedora de records de audiencia que se han mantenido hasta ahora, el documental apuesta por un elevado presupuesto no solo por los requerimientos del formato (está realizada íntegramente en HD), sino por el basto territorio en el que busca sus historias: más de 20 ciudades de países como Argentina, Brasil, México, Colombia y Venezuela.Tabú rompe con la dinámica del documental tradicional de carácter observacional orientado a un público más adulto y formado. Por el contario, su estética y sus temas apelan directamente a un público joven. Además, la responsabilidad de casi todo el guión recae en sus protagonistas. En el primer capítulo de la primera temporada, titulado Cuerpos modificados, son los propios tatuadores y tatuados los que explican y defienden sus puntos de vista en un intento por normalizar su situación. Nos invitan a sus lugares de trabajo y responden preguntas esenciales que cualquiera podría tener acerca de ellos: por qué lo hacen; cómo; de qué manera viven y por qué no deberíamos temerles. Además nos ofrecen un retrato de su familia y de su rutina cotidiana que no deja de ser tan normal como la de aquellos que los discriminan.Dejar el camino libre a los protagonistas para que cuenten su propia historia, presentándola con una voz en off que intenta posicionarse lo menos posible a favor o en contra, nos parece una elección acertada. Por otro lado es una solución inteligente si pensamos en los espectadores, ¿cuántos de ellos no habrán visto satisfecho el deseo vouyerista de escudriñar por un día la vida intima de estos extravagantes con los que se habrán cruzado alguna vez a pie de calle?Por la misma línea, disminuir las interpretaciones y opiniones médicas nos parece fundamental a la hora de paliar el principal estigma social que sufren las personas con cuerpos modificados: el de poseer una conducta patológica. Ahora bien, también existe una ausencia fehaciente de otra clase de profesionales que pudieron haber profundizado en la explicación de esta nueva costumbre social que se empeña en salir del estereotipo de ‘moda pasajera’.No cabe duda de que el programa tiene carnaza, y es ahí donde se difuminan sus verdaderas intenciones. Todo intento de normalización de la situación queda diluido en medio de unas impactantes imágenes que rozan lo gore. Desde escarificación, pasando por un cuasi amputado de orejas hasta una perforación de la piel de las rodillas con un taladro. Ejemplos extremos con los que seguramente una gran parte de los aficionados al bodymodiffication no se sintieron identificados. Lo desdeñable del show es que al final tal crudeza de las imágenes hace que el temor a lo desconocido se convierta sencillamente en un rechazo a lo grotesco.Seguro que al final el espectador sació su sed de sensacionalismo y el canal quedó satisfecho con los altos números de rating, pero la modificación corporal como una forma alternativa de expresión cultural y social no quedó bien parada. Se desaprovechó así la oportunidad de presentarla como un exotismo positivo en el contexto tan rico de diversidad que existe en Latinoamérica, mientras que lo único que se logro es confinarlo a todas las connotaciones peyorativas de la etiqueta ‘tabú’.