Un nihilista canto al inconformismo. Así ha sido en muchas ocasiones definida esta película. El Club de la Lucha no es solo una película, es además una filosofía. Y tiene sus normas, como la propia cinta muestra al espectador.
ARGUMENTO
Excepcional película dirigida por David Fincher director, entre otras de Alien 3, Se7en y El Curioso Caso de Benjamin Button.
Edward Norton, lanzado a la fama por su papel en American History X, da vida a Jack, un perito de una empresa de automóviles que supera su insufrible insomnio acudiendo a grupos de autoayuda (cáncer, drogadicción, etcétera). Acude allí recomendado por su médico, para que vea “lo que es dolor de verdad”; y conoce a Marla Singer (Helena Bonham Carter). Comienzan una relación de amor-odio, pues se molestan el uno al otro en las charlas de autoayuda, en la que ambos son impostores, pero a la vez se echan de menos si no están.
Por otro lado, en un viaje en avión Jack conoce a Tyler Durden (Brad Pitt), un excéntrico vendedor de jabón. Según llega a su casa, Jack se encuentra que su casa ha explotado, por lo que acaba yéndose a vivir con Tyler Durden a una vieja casa abandonada.
Ambos, juntos y cansados del mundo, fundan el Club de la Lucha, lugar donde los desarraigados sociales o las personas sin esperanza ni ambición, se juntan para pelear a puñetazo limpio en el sótano de un bar. Se van formando más clubes de lucha a lo largo y ancho de los Estados Unidos, convirtiéndose en una organización anticapitalista y anticorporativista llamada “Project Mayhem”, con Tyler como líder y regida por unas reglas. La más importante: Nadie habla sobre el Club de la Lucha.
De ahí al terrorismo, solo hay un paso. Pero no es un terrorismo cualquiera, es un terrorismo enfocado a destruir edificios que contengan datos bancarios, para dejar al mundo libre de deudas.
En este momento empiezan las tensiones entre Jack y Tyler Durden por cómo llevar el Club de la Lucha, con Marla de por medio. Surgen diferencias y confusiones, que van en aumento, llegando hasta una tensión insoportable que desemboca en un final inesperado e impredecible.
El problema de realizar una crítica sobre el argumento de esta película es que es prácticamente imposible realizarlo sin dar a conocer las sorpresas de la película, por lo que desde aquí animo a cualquiera a que la vea, no una, sino varias veces para poder captar la magia y profundidad de esta película en toda su plenitud.
CRÍTICA PERSONAL
Dicen que una buena película es aquella que provoca reacción en el espectador, aquélla ante la que uno no puede mantenerse impasible. Si eso es así, estamos ante una de las mejores películas de finales del Siglo XX. Como bien dije al principio, no es solo una película, es también una filosofía, una crítica al mundo en el que vivimos.
La acción es narrada en primera persona por su protagonista en un absorbente proceso de catarsis, nihilismo y masoquismo escapista que conduce su vida hasta la autodestrucción y la alucinación. La continua y confesional voz en off nos acerca de forma íntima a sus reflexiones, creando el film una compleja abstracción violenta de lucha contra un sistema de etiquetas y rutina de consumo y apariencia. Los diálogos son afilados, las interpretaciones notables y visualmente el film posee estilo sin sacrificar la narración.
Viendo semejante titulo uno podría caer en el garrafal error de pensar que es otra de esas películas americanas de violencia gratuita. Nada más alejado de la realidad.
La violencia es al mismo tiempo lo que más abunda en la película y sin embargo es lo más superficial. Es una de esas películas que tienes que ver dos o tres veces más para darte cuenta de lo magnifica que es.
Por otro lado, me veo en la obligación de resaltar una serie de frases formuladas por los protagonistas en la película, no solo por su filosofía implícita, sino también por su contundencia:
– “La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos.”
– “Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida.”
– “Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.”
– “Somos los hijos indeseados de Dios, ¿y qué? Nuestros padres eran nuestros modelos de Dios, si nuestros padres nos fallaron, ¿qué dice eso de Dios?”
– “Cuando la gente cree que te estás muriendo es cuando en verdad te escuchan, en lugar de estar esperando su turno para hablar.”
– “Tienes que saber, no temer, saber que algún día vas a morir, y hasta que no entiendas eso, eres inútil.”
– “La autoperfección es simple masturbación.”
– “Sentía ganas de meterle una bala entre los ojos a cualquiera que se negara a follar para salvar su especie. Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y llenar de crudo todas esas bonitas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo.”
– “Encontré la libertad. Perder toda esperanza era la libertad.”
Personalmente, encuentro los diálogos entre los dos personajes principales brutales, directos al mentón, y con una gran carga filosófica detrás. Con un guión original, sorprendente e inclasificable, El Club de la Lucha constituye un cruce inédito entre el cine negro y la videocreación experimental.
En conclusión, para mí personalmente se trata de una de las mejores películas del cine moderno. Nos muestra la sociedad de consumo en la que vivimos y la pérdida de esperanza de la gente que nos rodea, todo ello rodeado en una espiral de violencia y dolor. Se trata de una película muy violenta, en la que a modo de paradoja, solo hay un tiro en todo el film. Es una película con carga emocional, diferente, filosófica, directa, ambiciosa…
En definitiva, una verdadera joya del cine que debe ser vista por todos los amantes del mismo.