Es Navidad en Las Vegas, y el Año Nuevo parece un gran momento para llevar a cabo un gran robo. O eso es lo que plantea Danny Ocean (Frank Sinatra) a sus 10 excompañeros de armas de la II Guerra Mundial: ¿por qué no sacar provecho a tantos años de maniobras y misiones? Así comienza, tras una maravillosa secuencia de créditos de Saul Bass, La cuadrilla de los 11 (1960), penúltima película del ya veterano Lewis Milestone, y fuente del conocido remake que tanto dinero traería en 2001 a Steven Soderbergh.A finales de los años cincuenta el cine negro comenzaba a apagarse, y La cuadrilla de los 11, es un ejemplo maravilloso de la edulcorada transformación que sufrirá gran parte del cine criminal en la década siguiente. Trabajando sobre temas recurrentes del género, Milestone nos ofrece un caper socarrón, liviano, sin pretensiones, que no busca alzarse como retrato o metáfora social (los problemas de los personajes son los estrictamente necesarios para motivar su implicación en el golpe), donde el claroscuro es puro maquillaje y el tono desesperado y fatalista del género se ve sustituido por un optimismo y una despreocupación propios de la “década dorada” que va a comenzar, una jovialidad próxima a las cercanas narraciones pop donde todo vale y las cosas siempre salen bien (y si salen mal, tampoco tiene demasiada importancia).Puede que la película no sea una obra maestra, puede que resulte algo lenta en la primera mitad (debido a una fatigosa presentación de personajes a la que Soderbergh daría mayor dinamismo en su versión), pero una vez que la maquinaria está engrasada el filme rueda de maravilla hasta su espléndido final. Y toda crítica negativa queda eclipsada por el placer de ver al famoso Rat Pack en acción. Están todos: Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford y Joey Bishop protagonizan la película (acompañados del noir Richard Conte), a los que se les unen Angie Dickinson y, en un pequeño cameo, Shirley MacLaine. Y están en su ambiente: Las Vegas en su edad dorada, cuando la Ciudad del Pecado aún tenía (su) clase y (su) elegancia, llena de esmoquins y vestidos largos, tabaco y martinis, seductores neones que aún no saturaban, glamurosas fiestas donde en el juego parecía no haber perdedores, y músicos que se integraban entre el público una vez terminada su actuación. Sinatra y sus amigos no actúan, hacen de sí mismos, llegando Dean Martin y Sammy Davies Jr a interpretar alguna de sus habituales canciones dentro del filme.
Divertida y ligera, La cuadrilla de los 11 es una película perfecta para “pasar un buen rato”, dos horas de despreocupado entretenimiento lleno de glamour. Víctor Aertsen, alumno UC3M.
Tráiler La cuadrilla de los 11 (3′ 11”)