En busca del objeto perdido

22 de enero de 2015

Paraguas adornando una calle.Los bibliotecarios, pese a nuestra fama de personas metódicas, previsoras y ordenadas, también solemos olvidarnos el paraguas en casa. Pero jugamos con ventaja porque cuando lo hacemos,  sabemos que en la Biblioteca nos espera una pequeña colección de estos en nuestra sección de objetos perdidos. Aunque los hay desvencijados,  también tenemos otros que,  pese a tener alguna varilla rota, nos pueden servir de refugio contra la lluvia.

El problema lo tenemos con los guantes: la biblioteca posee una gran colección de guantes desparejados, por lo que en la época de los hielos, no es raro ver a algún bibliotecario con uno de cada color. Afortunadamente la gente no se suele dejar zapatos o calcetines en la biblioteca y los bibliotecarios llevamos los pies siempre muy conjuntados. Ni que decir tiene que devolvemos los paraguas y los guantes a su sitio, por si sus dueños los reclaman o por si se vuelven a necesitar.

Sin embargo, no solemos ponernos las bufandas perdidas, quizá porque nos da reparo que se enrosquen  cerca del cuello por si en venganza se transforman en largas serpientes: no olvidéis que hemos leído El Principito y no nos gustaría que nos pasara lo mismo que al elefante.

A veces hemos pensado en hacer collares con la gran cantidad de pendrives que quedan abandonados en nuestras aulas informáticas, pero nos da miedo que tengan virus que puedan atacarnos (en realidad somos unos pusilánimes). Quizá podríamos haber escrito nuestros diarios o centenares de poemas, o el significado de todas las siglas que utilizamos a diario, en los cuadernos que encontramos por las mesas. Podríamos haber guardado los lápices y bolígrafos que cada vez usamos con menos frecuencia  en la infinidad de  estuches que se han ido acumulando con los años. O también contar todas las palabras que contienen los libros que albergamos, con las calculadoras que nadie ha querido rescatar después de perderlas en la Biblioteca.

Pero no hay que ser pesimista, en realidad no se trata de objetos perdidos, sino más bien de objetos encontrados. Así que, si habéis perdido algo en la Biblioteca, preguntad en los mostradores porque posiblemente lo hayamos encontrado (en muchos casos, si hay algo que identifique a quién pertenece el objeto  probablemente  os hayamos escrito  para avisaros). Eso sí, solo si habéis perdido algo material: desgraciadamente no podemos devolveros algo tan fundamental como la infancia o un amor.

Imagen: “Porcijunkulovo, Čakovec, 2014. – kišobrani.2” by Silverije – Own work. Licensed under CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons

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