El fragmento de nuestra entrada anterior pertenecía al libro de Mark Haddon, El curioso incidente del perro a medianoche.
Para la última entrada hemos escogido a un autor vivo muy conocido y que escribe en español. De momento no damos más pistas… Muchas gracias a todos los que habéis participado.
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. “Siempre soñaba con árboles” , me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato.