Ironia per tutti

18 de marzo de 2016

cd

Caro Diario nos ofrece un recorrido por la Italia más auténtica dividiéndolo en tres partes, su verano sin turistas ni avalanchas por visitar los monumentos, un diálogo directo entre el espectador y la sociedad, a través  de una mirada de corte realista.

El director establece un compromiso con la sociedad desde una perspectiva política y cultural, siguiendo una línea de actuación propia, con un continuo cuestionamiento de la realidad. De este modo, se le empezó a valorar como uno de los pocos directores resistente al poder del espacio de la televisión en Italia, con conciencia e inteligencia, manteniendo las claves del posicionamiento moral como discípulo de Rossellini y Pasolini, ya que inicia como director de cine durante la decadencia de lo que se considera históricamente el gran cine italiano.

A lo largo de esta época de transiciones cinematográficas, surge una nueva ola de creación,  obras que ofrecen un cine distinto a lo que se había hecho hasta entonces en el país. Moretti comienza a producir (1)  un cine neorrealista, contracultural, opuesto a la aparente impersonalidad del cine italiano contemporáneo.

Nuestro viaje comienza acompañando al propio Nanni en un trayecto en vespa que nos presenta los alrededores de la ciudad de Roma (Garbatella, Spinaceto, Vigne Nuove, Campania y Ostia). Nos muestra lo que le gusta y lo que detesta, construye una denuncia de carácter risible y woodylianesco sobre la Italia de los años 90.

Estaré enfermo, pero yo amo este puente, tengo que cruzarlo al menos dos veces al día.

Reflexiona sobre los estereotipos construidos, como con el caso del Barrio de Spinaceto, dialogando con los ciudadanos y resolviendo sus inquietudes. Este estudio también lo lleva a cabo en Aprile (1998), film que también tiene un tono road trip y que alterna la ironía con momentos de comicidad, como por ejemplo, cuando decide realizar un musical sobre “un pastelero trotskista en una italia conformista durante los años 50” cuya paleta cromática nos puede recordar a la de las películas de Wes Anderson.

Además, también le dedica un fragmento de la obra al sistema de producción cinematográfica y a la decadencia de su calidad. Somos partícipes de cómo va a visionar dos películas de las que sale decepcionado, hasta que incluso, decide interrumpir el sueño del crítico que escribió las reseñas de estas, para reprocharle sus recomendaciones, planteando una crisis en el ámbito cinematográfico. Pero no todo es de tinte cómico, a este momento le precede el reflexivo homenaje a Pasolini, en el que visita el lugar del asesinato del director,, acompañado de la emotiva banda sonora de Keith Jarret y su Köln Concert.

La banda sonora juega un papel muy importante en la puesta en escena interactuando con los acontecimientos y reflexiones: la melodía argelina de Ched Khaled que baila Moretti mientras conduce su Vespa zigzagueando por la carretera, I´m your men de Leonard Cohen mientras observa los edificios de la ciudad, Qué bonita sería una película hecha solo de casas. Panorámicas de casas. O sus deseos por aprender a bailar salsa con Visa para un sueño de Juan Luis Guerra.

buscando visa para un sueño

Tras In Vespa, este primer capítulo, el segundo se desarrolla por las Isole Eolias, donde Nanni intentará redactar el guión de su nueva película. En su búsqueda de la musa, se une un amigo suyo estudioso del Ulises de Joyce. Gerardo presenta el típico  perfil de ilustrado, cuya intelectualidad se verá desmoronada por una repentina adicción a las telenovelas (ironía del impacto de la TV en Italia durante los años 90). Debido a problemas de distracción recorrerán juntos varios puertos, intentando superar los inconvenientes que les deparará el destino. Este hecho lo podríamos etiquetar como una metáfora visual de la búsqueda de la inspiración, que al final llegará con la recopilación de las anécdotas del viaje: El bullicio del tráfico de Lipari, los proyectos del alcalde de Stromboli, el antinarcisismo de Alicudi, Salina bajo el control de los niños…

Es en esta parte donde podemos encontrar similitudes con su otro film Aprile, también un cine-ensayo, donde al igual que los padres de la isla de Salina, Nanni se convierte en un padre a quien ya nada le importa excepto el nacimiento de su hijo. Son escenas realmente divertidas que contrastan con el tercer y último capítulo.

Medici se inicia con Nanni sometiéndose a un tratamiento de quimioterapia, su causa es explicada a través de un flashback en que cuenta cómo tuvo que enfrentarse a un linfoma de Hodgkin sin saber que lo padecía. Presenta un tema dramático con toques sarcásticos, como por ejemplo, los erróneos y persistentes diagnósticos de los médicos, las pruebas con la medicina oriental, la gran cantidad económica que desembolsa comprando fármacos… Finalmente, tras superar su enfermedad, concluirá bebiendo un vaso de agua en ayunas y mirando a cámara, refiriéndose al espectador: dicen que es buena.

Por lo tanto, podemos decir que Caro Diario es un discurso metatextual, un viaje a través de la subjetividad del director respecto a la realidad con una reflexión crítica típica de Moretti; quien también presentará este esquema en películas posteriores como lo confirma en la siguiente entrevista:

«No sé explicar bien el por qué pero es verdad que en el interior de mis filmes está siempre la realidad y, a su lado, esa realidad vista a través de la ficción (a través del cine en Il Caimano o Mia madre, pero también a través del teatro como en Habemus Papam). Es algo que me sale muy natural mientras que estoy escribiendo del mismo modo que me sale con naturalidad la mezcla entre comedia y drama.»

Entrevista de Jara Yáñez a Nanni Moretti. Revista Caimán Cuadernos de Cine nº45, Enero 2016.

(1) Al tener una empresa propia de producción, distribución y exhibición, Sacher Films, consigue poder asumir intensamente su proyecto con autosuficiencia, según sus propias normas y promoviendo el cine independiente.

Carla Fernández Moragón (alumna de la UC3M)

 

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