Para mí no es lo habitual contar con escritores en mi círculo de amistades, por lo que ahora tener la suerte y la responsabilidad de hablar de una de las novelas de un compañero me produce alegría, satisfacción y un cierto cosquilleo, pues sé que no voy a estar a la altura que merece.
La protagonista, Clara Ruiz de Segovia Larrabeiti, de familia muy acomodada en un relato lineal y estructurado en capítulos nos cuenta en primera persona sus memorias, conociendo a sus familiares y amigos. Momento que abarca desde principios del siglo XX hasta el final de la Guerra Civil en España.
Le toca vivir un período de nuestra historia bastante difícil, agitado, crispado, incierto y con gran repercusión para las generaciones venideras.
“Los nuestros han sido, están siendo unos años convulsos y terribles, en los que no hubo que buscar el peligro para ser protagonista de acontecimientos que, en tiempos tranquilos y pacíficos –si es que alguna vez han existido- parecerían del todo extraordinarios a aquellos a quienes se relatasen. El peligro, por desgracia, nos vino a buscar…”
A través de su relato vamos conociendo acontecimientos y vivencias de su infancia, adolescencia y juventud, mostrando la escasa tolerancia a la incursión de la mujer en la Universidad y el mínimo respeto y comprensión hacia personas con distinta orientación sexual. Situaciones que han tardado mucho en solventarse e incluso hoy en día hay que seguir luchando.
Vivimos de su mano momentos tan fundamentales como la posibilidad de que las mujeres pudieran votar, un paso importante en la igualdad de derechos.
“Acudí temprano a mi colegio electoral, acompañada por Juan. Una sensación que difícilmente puedo describir me invadió cuando tomé la papeleta y me acerqué a la urna de cristal para depositar mi voto.”
El terrible momento de la guerra transmite muy bien el ambiente de confusión, desesperación, carencias y desasosiego que viven los españoles, dentro de una situación crítica y desquiciante. En esta parte del relato he llegado a plantearme cómo hubiera reaccionado yo ante esa situación tan dura, pues hay españoles muy convencidos y otros no tanto que tienen que ir bandeando las situaciones y adaptándose lo mejor posible.
Merece la pena leerla y reflexionar sobre momentos que por suerte muchos de nosotros no hemos vivido. En nuestra Biblioteca tenemos ejemplares y siempre es buen momento para comenzar su lectura.
Rosa Jiménez Villarín
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