“El palacio azul de los ingenieros belgas” novela de Fulgencio Argüelles que se desarrolla en el primer tercio del siglo XX, coincidiendo con plena Dictadura de Primo de Rivera para acabar en los trágicos hechos de la Revolución Asturiana de octubre de 1934. Importantes hechos que generarán cambios.
Nalo es el narrador y el eje en el que se vertebran varias historias que se interelacionan, mostrándonos toda una batería de personajes de su familia y de su entorno, con los que va evolucionando a lo largo de todo el escrito.
Las frases son muy largas con muchas metáforas y comparaciones con un cuidado exquisito del vocabulario.
Es el despertar a la vida, a las relaciones familiares, al trabajo y a las experiencias sexuales de un joven de una cuenca minera asturiana.
Al morir su padre en un accidente, entra a trabajar de jardinero en el palacio. Hecho que le va a marcar profundamente pues conoce al jardinero Eneka, hombre con un gran saber enciclopédico. Lo que motivará en él una búsqueda constante del conocimiento.
“Estábamos distribuyendo el estiércol fermentado en capas regulares y Eneka me hablaba del pueblo de los edomitas y de cómo Esaú había renunciado a la primogenitura en favor de su hermano Jacob […] pero me sentía bien porque me gustaba cómo Eneka me explicaba las historias…”
Su hermana Lucía también será una influencia pues le adentra en los misterios de la poesía y del sexo. Estos placeres también los conocerá con Julia y Elena.
“Mi hermana Lucía era muy sentimental. Le gustaba sobremanera leer poesías a la hora de la siesta, pero cada vez que mi madre la sorprendía leyendo libros la ponía a bordar…”
Es una novela sobre un mundo de injusticias y de clases sociales muy alejadas entre sí. Él por su trabajo puede observar situaciones de ambos mundos, vive a caballo entre las dos realidades.
Ha sido un feliz hallazgo el haber podido leer y disfrutar esta novela. En nuestra Biblioteca se pueden encontrar algunas obras de Fulgencio Argüelles así como guías de Asturias, localización de la novela.
Rosa Jiménez Villarín