En esta época hay mucha gente pensando en su disfraz para la noche de difuntos, muchos niños preparándose para ir por las casas pidiendo caramelos con la frase “Truco o trato”, que hemos importado de la cultura estadounidense. Tanto la fiesta como esta expresión son de origen celta. Y si importamos las costumbres porque no también novelas de terror de algunos escritores de ese país.
Los emigrantes irlandeses introdujeron esta fiesta en Estados Unidos hacia mediados del siglo XIX, un malvado personaje, llamado Jack, estaba condenado a vagar por el mundo con la única ayuda de un repollo con una vela dentro. Los americanos cambiaron repollo por calabaza.
Uno de los símbolos de esta festividad de Halloween es la calabaza, hortaliza típica del otoño, en la que después de vaciada se dibujan ojos, nariz y boca, a la que se la introduce una vela.
Estando próxima la noche de difuntos, es buen momento para recomendar y leer algunas novelas de terror.
Comencemos por Stephen King y sus novelas “It (Eso)”, “Misery” y “El resplandor”, muy conocidas por sus adaptaciones cinematográficas, con miedos a monstruos y a fuerzas sobrenaturales.
En el apartado de los cuentos no podemos olvidar a Edgar Allan Poe, sobre todo “El gato negro”, siendo tan siniestro este animal que llega a desestabilizar a la familia.
Un autor cuya obra goza de adaptaciones al cómic es H. P. Lovecraft. “La llamada de Cthulhu” y “El color que cayó del espacio”, son novelas de su época con influencia de Arthur Machen, en las que criaturas acechan la Tierra.
Del irlandés Bram Stoker no puede faltar “Drácula”, un clásico. Y del escocés Robert Louis Stevenson “El extraño caso del Dr. Jekyl y Mr. Hyde”. Y para finalizar un español Gustavo Adolfo Bécquer con “El monte de las ánimas”.
Aunque es considerada la primera novela de ciencia-ficción no podía faltar aquí “Frankestein o el falso Prometeo” de Mary Shelley. Su símil con Prometeo es como escultor de la Humanidad, pues Frankestein en un producto del hacer humano.
Estos son solo una muestra de la gran cantidad de buenos escritores, hay muchos que quedan en el tintero. Y entre disfraz, fiesta y algún buñuelo de calabaza un buen libro. En nuestra Biblioteca puedes encontrarlos.
Rosa Jiménez Villarín