Tres historias en Navidad

15 de diciembre de 2025

Cuando se acerca la noche más larga del año comienza un tiempo de encuentros, viajes, pausas, intercambio de regalos, y fiestas que se han venido celebrando desde épocas muy antiguas. La narrativa ha hecho un uso extenso de todos estos elementos creando relatos ambientados, dentro de nuestra tradición, en la celebración de la Navidad. Es un tiempo también para dejarse envolver por la ficción y adentrarse en atmósferas donde la realidad se transforma dando paso a lo fantástico, personajes cotidianos nos muestran otra faceta, o simplemente el curso de la vida toma derroteros inesperados.

Los títulos que siguen muestran algunos sucesos literarios y miradas alrededor de la Navidad, procedentes de autorías muy distintas.

La aventura del carbunclo azul se publicó en el número de enero de 1892 de la revista británica The Strand Magazine. Es el único caso resuelto por Sherlock Holmes que se desarrolla en época navideña, cuando el detective creado por Arthur Conan Doyle llevaba ya cinco años asombrando al público lector con sus dotes deductivas (Estudio en escarlata, 1887). Un sombrero y un ganso perdidos durante una pelea en Tottenham Court Road, son las pistas que llevarán a Holmes y a Watson tras la búsqueda de un valioso diamante robado.

Ambos se adentran en las frías calles de Londres durante la tarde del 27 de diciembre siguiendo el itinerario del ganso, en cuyo interior se ha encontrado la joya.

Una búsqueda que comienza en una taberna cerca del Museo Británico y se prolonga hasta el mercado del Covent Garden con sus abigarrados puestos en los que se venden todo tipo de mercancías. En ella van apareciendo escenarios costumbristas, típicamente londinenses, comerciantes, empleados, gente que se gana la vida aquí y allá, algunos maltratados por la fortuna; y el ladrón de la joya, camuflado de persona honrada, al que la pareja del 221B de Baker Street debe descubrir.

Se trata de un nuevo desafío intelectual para Holmes, pero también hay un hombre que puede ser inocente, acusado del delito, hecho más que relevante para que el detective se implique a fondo en la solución del caso.

Veremos también si nuestro investigador, inmerso en el espíritu de las fiestas, quiere dar una segunda oportunidad a la persona responsable del robo.

Navidad de lobos es uno de los cuentos de Navidad de Emilia Pardo Bazán, que se publicó en el número 261 de la revista La Esfera (28 de diciembre de 1918). La acción comienza en Nochebuena, en un bosque cercano a la ciudad de Ostrow, que ha sido incendiada por un grupo de asaltantes.

Varios clanes de lobos, a los que el hambre ha unido gradualmente desde una manada inicial, se lanzan sobre el enclave, personificados como un enemigo más, en busca de alimentos con los que saciar sus cuerpos famélicos.

Nos encontramos ante un texto de gran dramatismo, en el que los lobos apelan al más que probable descuido en el que los habitantes de Ostrow están celebrando el nacimiento de su redentor, y se indignan ante la violencia de los humanos unos contra otros. Puede ser también un texto cargado de simbolismo atendiendo al contexto en el que fue escrito. El mundo atravesaba una crisis sanitaria de proporciones catastróficas, cuya primera ola se desarrolló en la primavera de 1918, la «gripe española», así llamada porque la prensa del país no tuvo necesidad de ocultar información sobre la misma, dada la neutralidad de España en la Gran Guerra. Para evitar la alarma y desmoralización de las tropas se había impuesto una censura informativa en los países implicados.

Se vivía un momento de inestabilidad política, faltaban materias primas y alimentos, subían los costes de los productos básicos, aumentaban las desigualdades sociales y se incrementaban las huelgas reivindicando principalmente salarios que se ajustaran a los nuevos precios. Las desigualdades acabaron sentando las bases para conflictos futuros y la posterior dictadura de Primo de Rivera unos años más tarde. Destaca en el relato la figura de una mujer fuerte, decidida, capaz de triunfar frente a una agresión.

Volvemos a cambiar de siglo trasladándonos en El cuento de Navidad de Auggie Wren al famoso barrio neoyorquino de Brooklyn, un lugar clave en la obra de su autor, Paul Auster. Él mismo se basó en este relato para escribir el guión de la película Smoke, de Wayne Wang. En una esquina del barrio se encuentra el estanco regentado por el personaje llamado Auggie, donde el narrador, también escritor y de nombre Paul, compra sus puros favoritos.

La relación entre ambos es superficial hasta que Auggie descubre casualmente la profesión de Paul; entonces comienzan a intimar. El encargado del estanco le hace partícipe de un proyecto en el que lleva trabajando doce años: se trata de fotografiar la misma esquina a diario, a la misma hora, reflejando todos los matices que el paso de las estaciones y los años le han revelado al objetivo de la cámara.

Paul aprende a mirar la colección de fotografías desde el punto de vista de Auggie, a la vez que crece la confianza entre ambos. En este ambiente de cercanía, Paul se queja de haber aceptado un encargo del New York Times para escribir un cuento de Navidad, con grandes dudas y el consiguiente bloqueo. El encargado le escucha y le propone: «si me invitas a comer, amigo mío, te explicaré el mejor cuento de Navidad que hayas oído nunca».

Aquí comienza una segunda narración contada por Auggie, con él mismo como protagonista, donde los personajes principales y secundarios juegan —o no— a creer una ficción. En sus propias palabras, «mientras haya una persona que se la crea, no hay ninguna historia que no pueda ser verdadera». Es un cuento sobre el tiempo, los encuentros inesperados y el apoyo entre las personas, de los que despiertan una sonrisa y dejan el corazón calentito sobre todo en estas fechas.

V. Maldonado

Categorías: 365 días de libros

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