“Mujer en punto cero” es un escrito de la egipcia Nawal al Saadawi que no pudo publicar en su país porque fomentaba la prostitución, lo consiguió en Líbano. Ya había tenido problemas por otros trabajos en los que denunciaba la mutilación genital femenina y después de pasar 3 meses en la cárcel por su activismo fue exiliada. Ella misma siente que con los años se ha hecho más radical. Esta es su obra más importante.

Este breve relato nos cuenta en primera persona el testimonio de una mujer, a la que llama Firdaus porque no recuerda su nombre, mientras espera a ser ejecutada en la horca por haber cometido un crimen.

En esta declaración de Firdaus hace un crudo recorrido sobre su trayectoria vital desde su origen humilde, y a pesar de su título de Enseñanza Secundaria, en la que sufre humillaciones, abusos sexuales, ablación genital y es casada a la fuerza con un hombre mayor.

“Luego hizo venir a una mujer que tenía una navajita o quizás una hoja de afeitar. Me cortaron un trozo de carne de la entrepierna.”

“Mi padre nunca se acostaba sin cenar, ocurriera lo que ocurriese. A veces, cuando no había comida en casa, todos no íbamos a la cama con el estómago vacío.”

Con este plantel de acontecimientos no es de extrañar que su lectura remueva y no sea cómoda por la cantidad de situaciones que plantea. Desde el comienzo sabemos el desenlace final, pero no por ello pierde interés o fuerza.

Es una escritura sencilla y concreta pero muy profunda, es un relato muy contundente.

Es una crítica a unos comportamientos machistas muy depravados y por desgracia aún no están erradicados dependiendo de la sociedad y de la época. Muy criticables y que deben de ser extinguidos.

La protagonista pasa por numerosos estados de ánimo, desesperación, repelús, asco, indiferencia, superación, sufrimiento, miedo y liberación.

Están muy bien transmitidas muchas sensaciones y emociones, como la que produce al cerrarse la cerradura de la celda y su desnudez, cómo describe los ojos de los demás, …

“Cerré los ojos e intenté rememorar la escena. Dos círculos de un negro intenso rodeados de dos aros de un blanco purísimo se perfilaban gradualmente ante mis ojos.”

Este libro ha sido un grato descubrimiento, en nuestra biblioteca hay una biografía sobre la autora y guías de Egipto, país de la narración.

Rosa Jiménez Villarín