Qué pasaría si, de repente, un virus letal atacase a los animales y por ende al ser humano a través de ellos. Habría que erradicar el virus. Habría que erradicar a los animales. Y ¿qué comeríamos? ¿De qué nos nutriríamos? ¿Cómo podríamos sobrevivir? El veganismo sería una
opción pero no dejarán de existir las personas que quieren/necesitan comer carne. Y ahí entramos en juego nosotros, los seres humanos. La única carne comestible que queda en el planeta.
La novela es una distopía que comienza desde esa premisa. Un virus letal afecta a los animales y por tanto también es letal para las personas que los consumen, por lo que se obliga a eliminarlos por el riesgo que implican para la humanidad (nosotros siempre por delante). La solución que se plantea a la falta de proteínas, pese a la defensa de los vegetarianos, es empezar a comer carne. Carne humana. Entonces, la sociedad pasa a dividirse en los afortunados que tienen el “derecho” a vivir, los privilegiados, los que comen y “disfrutan” de este nuevo tipo de carne y la desgracia para los que nacen sin otra finalidad que ser comidos. Sacrificados. Para el deleite y, por supuesto, supervivencia del resto. La cría se legaliza, los criaderos, mataderos y frigoríficos pasan a ser productores de carne
humana, “carne especial”, ya no hablamos en términos de personas individuales, con alma, con cuerpo, con sentimientos, sino que hablamos de cabezas, mercancía, productos y diversos eufemismos para tapar la solución planteada, que no es más que un canibalismo de primera categoría. Se empiezan a crear leyes, caza deportiva, normas sanitarias, inspecciones, aparece la carne de buena calidad y la no tan buena. Hay sectas religiosas en las que los propios miembros se ofrecen como sacrificio para el mundo (la religión ha de sobrevivir de algún modo). Hasta las personas que tienen deudas tienen la opción de poder saldarlas ofreciéndose como presas de caza. Así, finalmente, lo que se plantea como una forma de supervivencia, acaba siendo un negocio muy lucrativo para algunos y una condena a muerte desde que nacen, para otros.
Nada muy distinto a la realidad actual. Al fin y al cabo es lo que hacemos con los animales. Por supuesto siempre estará presente esa doble moral, del mundo, de los personajes con los que sufrimos, con los que no perdemos la esperanza pero que, al final, tienen que ajustarse a sus necesidades por encima de todo. El ser humano en todo su esplendor.
Es un argumento totalmente original, una distopía que, como todas las distopías, siempre tiene algo de ¿y si pasase realmente? Te hace plantearte qué harías tú. Si tienes la suerte de no ser seleccionado para ser criado, sacrificado, descuartizado y demás para gusto del resto de la humanidad.
Hay que tener estómago para leerlo porque es bastante gráfico. Explícito. Pero, como he mencionado antes, es lo mismo que hacemos a los animales. Por tanto, no debería escandalizarnos tanto.
La autora, Agustina Bazterrica ganó con esta novela el premio Clarín en 2017 y el premio Ladies of Horror Fiction a la mejor novela, siendo ésta la única no escrita en lengua inglesa. Ha sido traducida a más de 9 idiomas y está previsto que se realice una serie para TV (que no me pienso perder)
Para mí, estamos ante uno de los mejores libros que he leído y el mejor del año. ¿Una novela para el verano? ¿Por qué no? Se lee rápido, las frases te golpean y el final es demoledor. Y desde luego te deja pensando. Porque, ¿qué pasaría si…?
“ El hombre es un lobo para el hombre”(T.Hobbes).
P.D. El libro podéis encontrarlo en la biblioteca de Colmenarejo. Disfrutadlo!!
Lucía Álvarez Bustamante.