La escritora francesa Annie Ernaux recibió el Premio Formentor de las Letras 2019 y es autora, entre otras obras, de “La mujer helada”, una biografía novelada comenzando en su infancia recordando a las mujeres de su vida, tenaces, perseverantes, humildes y fuertes que serán una gran referencia para ella.
Hace un recorrido, desde su infancia hasta el nacimiento de sus hijos, por su ambiente familiar, escolar, sus amistades y el contexto social del momento.
El ambiente familiar, en el que su madre atendía la tienda y su padre se encargaba de labores de la casa, la producía cierta confusión porque estos roles eran diferentes en otras casas. Tuvo una infancia feliz no exenta de desacuerdos y sobre todo de inquietudes al ver que entre su familia y la de los demás había diferencias. Su madre la transmitirá unos valores que la marcarán para siempre.
“Gracias a ella sabía yo que el mundo estaba hecho para sumergirse en él y disfrutar, que nada podía impedírnoslo.”
Refleja importantes contrastes entre el ambiente familiar y el ambiente del colegio católico. Siendo su madre menos estricta y más relajada y con más orden y disciplina en el colegio, transmitiendo unos valores muy estrictos y represores que producen en nuestra protagonista un gran debate continuo y no exento de miedo.
Sensaciones, inquietudes, curiosidad sobre su propia sexualidad, conversaciones con sus compañeras y amigas y todas las impresiones que se tienen en la adolescencia.
Manifiesta una lucha interior entre los convencionalismos sociales y las propias certidumbres. Las mujeres están destinadas al matrimonio y para ella es una época con ganas de aprender, de conocer y de explorar. Es una sociedad con falta de libertad para las mujeres abocadas a un papel secundario.
“Con la compra hecha, comprimida entre el abrigo y el clasificador, me apresuro a dejar el sitio a las madres de familia y sus compras serias, ya fuera respiro el aire de la calle con placer. Decidida a jurar que la condición femenina más extendida nunca será la mía.”
Presiones sociales para que siga la corriente, que sea una mujer acorde con su tiempo.
Es un recorrido por los recuerdos de su vida, por sus relaciones, por sus influencias, sus amistades, sus inquietudes, sus desasosiegos, sus sentimientos de mujer casada y toda la lucha interior que la acarrea entre lo que hace y lo que necesita hacer, por su incomprensión de que las mujeres tengan que ser dóciles y sumisas. Acompañado de un sentimiento de soledad, qué la lleva a sentirse una mujer helada al comprobar que no ha podido llevar a cabo sus sueños.
Lectura muy recomendable, dónde la autora hace un repaso por situaciones y sentimientos muy bien expresados y muy reconocibles por muchos de nosotros, que favorecen la reflexión de acontecimientos vividos por el lector.
Rosa Jiménez Villarín