Esta reflexión es una adaptación revisada de un discurso pronunciado en 2012 por la autora Chimamanda Ngozi Adichie, centrado en sus experiencias en su país natal Nigeria.
Es una obra pequeña, simple y sencilla pero de gran contundencia y mensaje. El título refleja todas las intenciones del texto, en un tono coloquial y directo con ejemplo de su existencia, de su faceta profesional y personal en la sociedad nigeriana, que es su país de origen con gran sesgo machista, pero al leerlo desde la perspectiva de la sociedad occidental no son situaciones ajenas a comportamientos vistos, vívidos o experimentados.
Al hacer la exposición a través de anécdotas transmite de una forma muy cercana y sencilla asuntos con gran trasfondo.
Es una obra corta pero merece la pena leerla y reflexionar sobre las situaciones que nos plantea. El papel que la sociedad da a los hombres está favorecido en muchas ocasiones por las mujeres.
Tenemos que revisar muchos comportamientos porque al visualizarlo nos damos cuenta de las grandes diferencias en el plano profesional y personal y mejorarlas y darnos cuenta que todos, hombres y mujeres tenemos que seguir recorriendo un camino juntos favorecedor de que no haya diferencias de género. Este camino es de largo recorrido, siendo muy importante la educación de los niños y de las niñas.
“La masculinidad es una jaula muy pequeña y dura en la que metemos a los niños”
En cierta ocasión ganó la posibilidad de ser monitora de clase pero se la dieron a un niño, pues a una niña era mejor no dársela, situaciones que se dan a lo largo de muchas experiencias como mujeres directivas reprochadas por lo mismo que elogiado un hombre.
Es un libro muy corto que merece la pena leer.
Rosa Jiménez Villarín