Hemos crecido rodeadas de historias de amor. Historias en las que una princesa sufría una serie de desventuras hasta que al fin conocía a su príncipe azul que la salvaba de todo mal con su beso. Todo acababa ahí, con ese beso, y nunca se contaba si el príncipe roncaba, o era un poco guarrete, o le gustaba “beber una gotica”… Tampoco sabíamos si la princesa iba a los toros con minifalda, y lo que el príncipe opinaba de ello. Yo estoy jugando con los estereotipos, pero Pamela Palenciano, en este libro escrito por Iván Larreynaga a partir del monólogo No solo duelen los golpes, nos cuenta una historia, la suya, en la que lo que el amor deja de ser un juego, y ella descubre que su novio Antonio no se parece al príncipe de los cuentos.
A ver, lo que sucede es que a mí me contaron el cuento del príncipe azul que iba en busca de la princesa rosa. Hoy en día, no, eso es muy carca, así que hoy cuentan estos del vampiro pederasta que se enamora de la muchacha. Sí, pederasta, leíste muy bien. Y si no sabes qué significa, busca en el diccionario: pederasta. Es que…, veamos, ¿ese tío cuántos años tiene? ¡Tiene ciento diecisiete años! ¿y eso qué es?
No os voy a contar toda la historia, basta deciros que Pamela se da cuenta mucho tiempo después de terminar su relación que ella había sufrido violencia machista, y eso es algo que sucede con más frecuencia de la que pensamos, porque muchos de esos comportamientos violentos son considerados absolutamente “normales” por un gran número de personas. Así que ella nos anima a ponernos las gafas violetas y estar alertas para detectar todas las trampas que nos ponen en el camino de la igualdad.
Yo no he visto el monólogo, pero soy capaz de imaginarme a Pamela contándome su historia mientras leo este libro. Por si vosotros no habéis tenido la oportunidad de conocerla (aunque ha venido alguna vez a nuestra universidad) os dejo con este vídeo.
https://youtu.be/VjZ_127lIuk
Marian Ramos