Luis Landero ha sido un hallazgo tardío pero seguro para mí, su lectura engancha, con la historia bullendo en la cabeza y con ganas de retomarla. “Hoy Júpiter” son dos historias paralelas de dos personajes que se van intercalando y que acaban confluyendo en una sola.
La novela se estructura en cuatro partes, dedicando los capítulos impares a una historia y los pares a la otra. Uno de ellos, Tomás, es sujeto y a la vez narrador, cuenta su vida y la de Dámaso.
Uno de los protagonistas es Dámaso Méndez, muchacho que vive en un ambiente rural bajo la vigilancia de su padre y sin lugar para las diversiones, ve como es despojado de su idílico mundo familiar, de su posición en él, sintiéndose ninguneado por su padre.
“Bien, pues ya lo sabes, y que ésa sea tu primera lección, que no has de olvidar nunca: la vida es sólo un soplo y un sueño, los años te atropellan, las edades vuelan… Así que si quieres llegar a algo, tienes que darte mucha prisa.”
El otro, Tomás Montejo, luchador y conformista a la vez, hombre que vive en la ciudad, con una actividad profesional docente y con fantasías de ser escritor.
“Y a partir de entonces vivió ya para los libros. Sería lector, profesor, investigador, y quizá hasta escritor.”
De estas experiencias vivenciales tan amargas surge el odio y la venganza en Dámaso que viene desde la época de la adolescencia, en la que un padre frustrado, con ciertas ínfulas pedagógicas, y obsesivo con su hijo, intenta buscar la cualidad en la que destaca, sin encontrarla, y que más tarde le dejara y será sustituido por otro muchacho con más encanto, llamado Bernardo Pérez Pérez.
Por otro lado está Tomás, que su vida son las referencias, personajes y las historias que ha leído, dedica sus días a sus libros y estudios hasta que conoce el amor, esto le cambiara su vida radicalmente. Estas y otras circunstancias propiciarán que se vaya construyendo un mundo interior desasosegante. Hasta que un día sus vidas se cruzan en la ciudad de Madrid. Y la novela toma otro cariz, la intriga forma parte del relato.
Uno de nuestros protagonistas, Tomás Montejo, es profesor de Lengua y Literatura, y hace numerosas referencias a obras literarias y autores de las mismas, haciendo un repaso al oficio de escribir, con sus ilusiones, sus incertidumbres y sus desilusiones cuando las cosas no se desarrollan como la imaginación del escritor había pergeñado. Al comienzo del relato entre algunas de sus lecturas está “El Tío Vania” de Chejov, haciendo referencia a que estos personajes nunca logran ser felices ; es como si nos adelantara que puede pasar en esta historia.
Si aún no conocéis a Luis Landero esta puede ser un buena ocasión y en nuestra Biblioteca podéis encontrar novelas de este autor
Rosa Jiménez Villarín