Biblioteca de papel

25 de enero de 2016

Encontrar a Bécquer dentro de Galdós

Encontrar a Bécquer dentro de Galdós

Hay muchas cosas de papel en nuestras vidas, aviones, muñecas, grullas, casitas donde seremos felices los dos, y finalmente, mucha de la información que manejamos: periódicos, revistas, libros.

El uso del papel y la invención de la imprenta han sido hechos muy importantes para nuestra evolución, pero con la llegada del mundo digital y de Internet, hay quienes auguran la muerte de este soporte y quienes presentan una resistencia numantina a su desaparición.
Ni una cosa ni la otra. Eso es lo que parece que nos está enseñando la experiencia hasta ahora. Muchos leemos en pantallas y acudimos al papel en otras ocasiones. Parece que preferimos lo electrónico a la hora de manejar información profesional y el papel para el uso lúdico, admitimos las ventajas de la portabilidad de un e-reader, por ejemplo, pero no nos gusta la maquetación y echamos de menos sensaciones como el olor (cuando es bueno, claro, no hay nada peor que leer un libro que haya estado guardado en un sótano húmedo) o el tacto durante la lectura.
Siempre nos han dicho que el saber no ocupa lugar, pero no es cierto, la información en papel ocupa muchísimo espacio físico, así que por ese lado, el crecimiento de la colección electrónica de las bibliotecas es una gran ventaja y además permite que se pueda consultar incluso cuando están cerradas. No obstante, todavía hay mucha información relevante que solo puede encontrarse en papel, por ejemplo, algunas revistas, sobre todo españolas, de las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales.
A pesar de que deben consultarse en la propia biblioteca, sí es posible encontrar referencias a sus artículos en bases de datos como Dialnet plus (donde a veces se proporciona el enlace al texto completo cuando se trata de artículos de revistas electrónicas) y también en nuestro catálogo, desde la búsqueda avanzada como os mostramos en esta captura:

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Y aunque no somos abogados del papel, por último vamos a mencionar una ventaja más de los libros o revistas impresos: las sorpresas que los anteriores lectores o nosotros mismos dejamos entre sus páginas y descubrimos pasado el tiempo, como por ejemplo,

– Un billete de 100 pesetas con la efigie de Bécquer en un libro de Galdós
– Una carta de recomendación de un fervoroso lector de uno de nuestros ejemplares de Olvidado rey Gudú a los siguientes lectores
– Una carta que Loli escribió a Manoli el 2 de agosto de 1965 en un libro sobre el Plan de Desarrollo Regional
– Recortes de periódico, entradas de cine, programas de teatro, y un sinfín de huellas de nuestras vidas cotidianas.

Y vosotros, ¿qué habéis encontrado entre las páginas de un libro o una revista?

Categorías: Sin lugar a dudas

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