El test Bechdel son tres preguntas aplicadas a las películas para determinar, grosso modo, la presencia de las mujeres en las películas:
- ¿Salen al menos dos personajes femeninos con nombre?
- ¿Dichos personajes se hablan la una a la otra en algún momento?
- ¿Dicha conversación tiene que tratar de algo más que no sea un hombre (aunque no sea románticamente)?
Aunque es imposible hacer un cómputo completo de todas las películas estrenadas a lo largo de la Historia, se calcula que el test Bechdel completo no lo pasan alrededor del 40% de las películas, mientras que el test Bechdel inverso no lo pasa el 10% de las películas. Por poner un ejemplo, de las 9 películas nominadas a Mejor Película a los Oscars 2014, 3 no pasaban el test y 6 sí, aunque las 9 pasaban el test inverso (no tenemos en cuenta Gravity ya que no tiene más de 3 personajes en pantalla).
Analizando el test
Este test aplicado a películas individuales no nos dice gran cosa si no tenemos en cuenta el contexto. Es decir, que El nombre de la Rosa no pase el test no quiere decir nada, ya que se trata de una película sobre un monasterio en la Edad Media. Sin embargo que ni Piratas del Caribe, ni la trilogía original de Star Wars, ni la de El señor de los anillos, ni Los Vengadores, ni 500 days of Summer, ni Desayuno con Diamantes (¿cómo puede considerarse una película para chicas si no salen chicas?) tal vez nos quiera decir algo, como por ejemplo que estamos más dispuestos a creer durante unas horas en elfos y viajes espaciales pero no en que haya mujeres como generales influyentes o que simplemente dos mujeres hablen entre ellas.
Dado que este test no mide la calidad del diálogo, se cuenta como buena toda conversación. Es decir, si en Piratas del Caribe hubiesen salido en pantalla una camarera atendiendo a una prostituta (única ocupación posible para las mujeres en el mundo de la piratería, por supuesto), en algún momento de las 9 horas y 43 minutos de la saga, pasaría el test. Pero no. Los guionistas, productores, directores e incluso los propios actores, no lo vieron necesario.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que estas películas deban ser rechazadas, tachadas de machistas y quemadas en la pila de la desgracia junto a los libros de Freud y Bukowski. El test señala lo que muchas veces pasa desapercibido: el parco papel que juegan las mujeres en el cine. Como señalábamos antes, es un test relativamente fácil de pasar y aun así parece que se hace difícil.
Este test enseña a ser crítico con las películas, sobre todo en temas sociales. ¿Es de verdad tan difícil que salgan mujeres? ¿Es totalmente necesario que no salgan? ¿De verdad que salgan y hablen se cargaría la historia o nos encontramos ante un escudamiento vago en “razones históricas” o algo así? Algunas películas ya nos han demostrado que pueden existir y, sorpresa, mejorar la película. Pongamos el ejemplo de Mad Max: Fury Road, una obra maestra del género de acción que cuenta con un gran elenco de mujeres no sexualizadas y que aun así ha conseguido estremecer con explosiones, peleas y persecuciones por carretera. ¿Tienen que incluir entonces todas las películas muchísimas mujeres? Puede que no, aunque eso es personal. ¿Tiene algo que ver que en las películas donde trabajan mujeres salgan más mujeres en la pantalla? Sí, a la vista de los gráficos. Algo habrá hecho bien el test si ya ha sido implementado por el Instituto Sueco del Cine y Eurimages como una manera más de calificar las películas.
La lámpara sexy
Como todo, el test tiene sus críticas, muchas de las cuales se centran en su descontextualización, ya que se ha convertido en una especie de norma general: ¿Es esta una película/serie/etc. feminista o no?, lo que puede tener muchos fallos. Si dos chicas hipersexualizadas cuyo arco narrativo depende de su pareja de repente se ponen a tener una conversación subida de tono sobre lencería, la película pasaría el test, pero Run, Lola, run una película con un personaje femenino bien construido no lo pasa. Además, no hay que olvidar que el propósito original de la tira cómica, publicada en Dyckes to watch out for era expresar la frustración de las mujeres lesbianas al no encontrar personajes femeninos que interactuaran siquiera.
Un competidor firme es el propuesto por la escritora de comics Kelly Sue DeConnick que simplemente dice que si un personaje femenino puede sustituirse por una lámpara sexy, ha fallado el test. A priori parece absurdo, pero si examinamos de cerca algunas películas, vemos a la lámpara acechando. Los ejemplos más notables pueden ser todas las adaptaciones de El gran Gatsby (dos hombre luchando por un objeto inanimado daría el mismo resultado) o 500 days of summer en la que el alegre personaje de Zooey Dechanel podría sustituirse por una lámpara muy divertida y estrambótica, con la que Gordon-Levitt se lo pasaría muy bien.
Las últimas preguntas
No sirve de nada aplicar estos parámetros a todas las películas y tomarlos como absolutos, ya que no podríamos ver nada. Solo sirven para reflexionar sobre el papel de las mujeres, sobre la necesidad de acabar con esta lacra y, por qué no, para plantearnos si la representación tras la pantalla se refleja en esta.
Cristina Allende Casal (alumna de la UC3M)