A estas alturas todos sabemos que no debemos plagiar cuando hacemos un trabajo de clase, que no debemos “piratear” música, libros, series de televisión…Pero quizá no sabíamos que hay gestos inocentes y cotidianos que constituyen una infracción del copyright. Aquí tenéis algunos ejemplos:
Si viajáis a Alemania, no deberíais subir la foto de la comida de un restaurante a Instagram. Se trata de una afirmación un poco exagerada, pero es que la ley alemana protege el diseño elaborado o artístico de un plato. Lo difícil es establecer cuándo un plato tiene un diseño de ese tipo. Así que, aunque al parecer no se conocen demandas de chefs a clientes por haber compartido una foto de las viandas creadas por él, no está de más que le pidamos permiso antes de hacerlo.
Cuidado con las fotos nocturnas de la Torre Eiffel. Aunque los derechos de autor de la torre se han extinguido y ya está en dominio público, el diseño de la iluminación se considera una obra aparte y ha generado unos derechos de autor distintos. Así que ojo con utilizar esas fotos nocturnas en una exposición, recopilarlas en un libro, etc.
Casualidades de la vida, os íbamos a contar que había que tener ojito con emular a Marilyn y cantar Happy Birthday en un lugar público en Estados Unidos, porque el copyright de Happy Birthday (gestionado por el gigante Time Warner Inc.) seguía vigente. Pero hace dos días un juez federal de Los Ángeles dictaminó que la canción ya no está sujeta a derechos de autor y que tras 80 años pasa a ser de dominio público. A partir de hoy, los cumpleaños en las piscinas de bolas americanas serán más felices y se podrá cantar a pleno pulmón happy birthday to youuuu! Eso sí, probablemente dejen de crearse versiones alternativas como estas en el cine y la televisión:
Happy Birthday Alternatives in Film and Television from Free Music Archive on Vimeo.
Y sin salir de nuestras fronteras, tenemos que pensar muy bien antes de utilizar una imagen que encontremos en Internet. Aunque esté ahí, eso no significa que se pueda usar libremente, por lo que hay que tener especial cuidado y buscar las que estén en dominio público o tengan una licencia Creative Commons
Afortunadamente, también hay instituciones que empiezan a compartir sus imágenes sin restricciones como el Rijksmuseum de Amsterdam, a través de Rijksstudio un espacio para guardar y compartir sus imágenes o para crear obras nuevas a partir de ellas. Ese fomento de la creatividad queda patente en el concurso con el que premian la mejor “obra maestra” de sus usuarios. Muy significativo es el lema que repite el director del museo, Win Pijbes, siempre que le preguntan por su política acerca de las imágenes: Compartir es el nuevo tener.
Sin duda, no se nos puede escapar que toda obra de arte toma como modelo una obra anterior, como nos muestran en este vídeo:
Si os interesa el tema del copyright y su choque con la cultura digital os recomendamos también este vídeo de una charla del abogado americano Larry Lessig.