Lo imposible es una película dirigida por el director español Juan Antonio Bayona y estrenada en el año 2012. El filme narra la historia real de un matrimonio español, María Belón y Enrique Álvarez, que, junto a sus tres hijos, Lucas, Tomás y Simón, deciden pasar las vacaciones de Navidad en Tailandia. Sin embargo, la familia no sabe que las vacaciones que tanto esperaban se convertirán en una trampa mortal. El 26 de diciembre de 2004, mientras la familia se relajaba en la piscina del hotel en el que se hospedaban, tuvo lugar un terremoto y un tsunami, cuyas enormes olas devastaron la costa tailandesa dejando miles de muertos y desaparecidos. Esto, dividió a la familia durante dos días, incrementando su angustia por no saber el paradero de algunos de sus miembros. Finalmente, toda la familia pudo reencontrarse en el hospital en el que estaba ingresada María, y regresar, así, a España.
Nos encontramos ante una película que refleja con gran fidelidad todos los acontecimientos que experimentaron la familia de María. Para mostrar esta realidad con total veracidad, se optó por escribir el guion con la colaboración de los protagonistas (María Belón principalmente), además de rodar algunas escenas en el mismo escenario donde ocurrió el desastre natural que consternó a todo el mundo. Sin embargo, las olas fueron generadas en un tanque de agua en Ciudad de la Luz (Alicante), donde se utilizaron 27 millones de litros de agua salada. Para filmar la ola con total credibilidad, se utilizaron alrededor de diez cámaras acuáticas para lograr imágenes muy realistas. Los sonidos que escuchamos en el momento de la llegada de la ola, tal y como afirma María, son muy parecidos a los que ella escuchaba aquel día en la piscina del hotel.
El hecho de estar basada en una historia real, además de por la constante preocupación del director de reflejar la realidad tal y como fue, confiere a la película una mayor empatía por parte del espectador. A esto hay que añadir que, las posiciones de cámara también contribuyen a la hora de empatizar con el filme, ya que dejan ver la angustia que experimentaron los protagonistas, mediante la utilización de planos muy cortos y rápidos, por ejemplo, en los momentos en los que la ola atrapa a los personajes, y que no le dejan ver con claridad al espectador el escenario en el que se encuentra.
Por último y para acabar, hay una anécdota que María Belón comentó en el reciente programa conducido por Risto Mejide, en la cadena Cuatro, “Viajando con Chester” (16/11/2014): “Yo soñaba con una ola gigante que venía a la playa”; una afirmación que puede llegar a suscitar, aún más si cabe, una mayor empatía del espectador con la historia que se le muestra.
Por Alba López Cepeda (alumna de la UC3M)