¿Quién quiere ser Bibliotecario?

24 de junio de 2014

El Bibliotecario de Arcimboldo

Un bibliotecario visto por Arcimboldo

Quién quiere ser millonario es un título mucho más atractivo, pero  desgraciadamente sabemos poco sobre la jet set  y no somos conscientes de que alguna vez nos haya visitado alguno de sus miembros. De lo que entendemos un poco más es de  bibliotecarios, aunque comprendemos que no os resulte una profesión tan atractiva. Os presentamos aquí algunos ejemplos que podréis encontrar por bibliotecas reales o de ficción:

Bibliotecario “chistoso”: no es ese que no para de hacer chistes como podría parecer por el título, sino el que no para de chistar a los demás para que se guarde silencio, a veces de forma tan ruidosa que puede ser incluso más molesto que el ruido al que pretende desterrar. Una forma más aceptable de éste es el bibliotecario digital, que es el que se lleva un dedo a los labios para intentar conseguir el mismo efecto. En alguna biblioteca incluso se intenta pedir silencio a través del bibliotecario megafonense. Ninguno de ellos es un ser mitológico pero lo merecería: nos encantaría no  tener que encarnarlo de vez en cuando.

Bibliotecaria fashion: por lo visto hay por ahí un estilo o moda denominada librarian chic. En general se caracteriza por faldas lápiz (¿sabéis lo que es un lápiz?), zapatos de tacón o también zapatos Oxford, camisas y rebequitas. Esto sería una simplificación pero para haceros una idea podéis ver este tablón de Pinterest. Pues bien, nuestras bibliotecarias fashion no son tan aburridas y  pueden aparecer cualquier día con unas mallas de Batman. Permaneced atentos a los mostradores.

Bibliotecario heavy: sí, es verdad que hay bibliotecarios modositos y sosos, pero modositos y sosos los hay en todas las profesiones. En nuestra biblioteca se camufla algún heavy que ha perdido las melenas pero mantiene su corazón rebelde. ¿Soñará el bibliotecario heavy con guitarras eléctricas?

Bibliotecaria moñense: las modas la han desterrado a algunas películas o series cuyos guionistas deben estar muy próximos a la jubilación o muy lejanos de las bibliotecas actuales. Este tipo de bibliotecaria sí que es completamente mitológico ¡Entérense señores guionistas y jefes de vestuario, las bibliotecarias ya no llevamos moño! ¡Gafas sí, moños no!

Bibliotecario nibelungo: en nuestra biblioteca hay un par de ellos. No los llamamos nibelungos porque sean pequeñitos, sino porque son “fanes” o “followers” acérrimos de Wagner. También los podríamos haber llamado bibliotecarios valquirias, pero quedaba aún peor. Afortunadamente no son como Woody Allen y cuando escuchan a su ídolo no les entran ganas de invadir Polonia.

Bibliotecario olfateador: este tipo es muy frecuente entre la profesión: cuando se acerca a su presa, normalmente un libro en papel, inspira profundamente y lo huele para disfrutar de ese aroma a papel, tinta, o incluso sótano que desprenden los libros nuevos o los libros vividos.

Bibliotecario ordenador: no, no tiene nada que ver con ese dispositivo, sino con su manía (porque es una manía), por ordenarlo todo, ya sea de forma alfabética,  o por materias. Tiene ataques cuando encuentra un libro de aforismos en la sección de Historia de una librería,  se le salen los ojos de las órbitas cuando ve que se considera a ch o ll una letra a efectos de alfabetización y cae fulminado cuando un libro aparece mezclado con otros de temas distintos, en una estantería que no le corresponde (¡cuánta promiscuidad!)

Bibliotecario que trina: no, no es el pariente del bibliotecario basilisco que mata con la mirada, es el bibliotecario que se abraza a las nuevas tecnologías, más concretamente a Twitter y lo utiliza como la magnífica herramienta de información que es. En esta biblioteca muchos estamos que trinamos o al menos lo intentamos.

Tenemos además varios bibliotecarios frikis, como habréis comprobado si visteis esta exposición, algunas bibliotecarias cookies a las que les encanta ponerse el delantal y hacer dulces, bibliotecarias que dan el cante porque te embelesan con su voz como las sirenas, bibliotecarios deportistas, bibliotecarios cíclopes que lo miran todo a través del objetivo de la cámara, etc.  Luego estarían todos los tipos que se pueden hacer combinando dos o más de estos: una bibliotecaria fashion que trina, un bibliotecario ordenador heavy, un bibliotecario nibelungo que trina del Atleti, etc.

Pues bien, ¡todos ellos os desean un feliz verano! ¡Hasta el inicio del próximo curso!

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