El club de los poetas vivos

Mar 21, 2014 | 365 días de libros

Apolo y las musas

Apolo y las Musas, óleo de Baldassare Peruzzi (1514)

¿Bajarán las musas a inspirar a los poetas modernos?

Como os hemos comentado algún otro día existe un tipo de bibliotecario (y de librero), el bibliothecarius necrologicus, que siente predilección por seleccionar y reseñar las obras de un escritor cuando aparece su necrológica en los medios de comunicación. En esta ocasión, para celebrar el Día Mundial de la Poesía, el 21 de marzo, queremos revertir esa tendencia y hablar de algunos poetas vivos.

Resulta curioso que la lectura de la poesía sea tan minoritaria y que se la identifique con algo ininteligible e inalcanzable  cuando los poetas reflejan su universo más íntimo en su obra y aunque parezca contradictorio, consiguen que cuando la leamos sintamos  que hablan de nosotros.  Pero ¿cómo ven ellos la poesía? ¿Les clavan una pupila azul en sus pupilas a los poetas de hoy día? ¿Qué les preocupa?

En la poesía no todo son liras o  arpas y podemos encontrar como uno de los temas recurrentes el de la cotidianidad. Así,  Karmelo C. Iribarren (1959) nos dice:

Todo puede suceder
en un poema:
lo cotidiano, sí,
pero también lo deslumbrante,
e incluso
ambas cosas
a la vez…
.

Como en la vida de Otra ciudad, otra vida, 2011

Los surrealistas hablaron con frecuencia de Lautréamont y su concepto de la belleza: el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de un paraguas y de una máquina de coser. Esos encuentros fortuitos también se producen en la obra de estos poetas y así podemos encontrar mensajes encerrados en los objetos que a veces no se perciben a primera vista. Como muestra, estos versos también de Iribarren:

…Ésa es la diferencia:
los taxis son como ciertos amigos,
nunca están cuando más los necesitas.
Los paraguas, en cambio, mueren por ti.
.

Los paraguas, los taxis de La frontera y otros poemas, 2005

Algunos de esos objetos tienen una gran carga simbólica, como podemos ver en estos versos de David González (1964):

(…)
una pulsera de plata de ley que,
como pronto voy a descubrir,
además de satisfacer mi vanidad
desempeña otro papel:
el sonido de sus eslabones,
al chocar entre sí
o contra la superficie de mi mesa
cuando empiezo a emborronar
una cuartilla tras otra,
ese sonido, unido a su peso,
hace que la poesía que escribo
no despegue sus versos del suelo
y tenga presente, siempre presente,
bien presentes,
las cadenas
que todavía arrastra.
.

Galeradas de En las tierras de Goliat, 2008

Otro encuentro fortuito: un héroe griego con el pasillo de los detergentes, ¿se puede hacer un poema sobre la compra en el supermercado? Almudena Guzmán (1964) lo consigue:

(…)
yo estaba en Jumbo buscando la sección carnicería
y me perdí en el laberinto de Knossos
de los detergentes
sin más ariadna que mi carrito;
un teseo que andaba por allí,
y que no soltaba hebra,
me aventuró con el dedo la remota salida
pero no la encontré,
así es que harta de dar vueltas
al menhir de los mistoles
y de tropezarme cada dos por tres con el mentado teseo
-mucho hilo y mucha Ariadna y, a la hora de la verdad,
tampoco sabía salir, el muy fantasma,-
me alejé y me alejé
hasta que ya no pude alejarme más…
.

Rosal chino de Calendario, 1998

También están preocupados, como nosotros, por lo que pasa a nuestro alrededor, por su papel en estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir. Así, Roger Wolfe (1962) se pregunta:

(…)
Este mundo en que vivimos
es como una fábrica. ¿Quién se saca
poemas de la manga con todo este barullo?
Yo mismo he dicho muchas veces
que la poesía se oculta en todas partes.
Pero escribir poesía es ver con el oído.
Y ya no vemos nada. No hay quien vea
lo que oye, ni oiga lo que piensa,
en medio de este sucio mar de ruido.
.

Gracia, poema inédito hasta su publicación en la antología Disociados, 2013

Y Almudena Guzmán consigue escribir poemas gracias a,  o más bien a pesar de verse afectada por un ERE en el periódico en que trabajaba:

(…)
Era una mañana blanca y plateada
como el mercurio .
Doscientas cincuenta personas
subimos a un tren de ganado.
Al tren de los Expedientes
de Regulación de Empleo.
.

Tú estás de Zonas Comunes, 2011

No obstante, el sufrimiento en este mismo poemario de  Zonas comunes, está salpicado por momentos de humor:

 Anoche soñé con las actualizaciones
de Windows Vista.
Siempre una de trescientas,
no descargaba más
ni acababa nunca,
(…)
como he tenido que echar a mi criada
porque ha habido reestructuración
en la corte de la duquesa
y me he quedado sin trabajo,
ahora dedico más tiempo
a las tareas propias de mi sexo y condición
y he descubierto la dejadez del polvo
de debajo de las estanterías

Os animamos a descubrir lo que dicen de sí mismos y de vosotros los poetas vivos en la colección de poesía de la Biblioteca:

Poesía de Almudena Guzmán
Poesía de Roger Wolfe
Poesía de Karmelo C. Iribarren y David González

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