En esta biblioteca creemos en el amor y os lo hemos demostrado repetidamente en este blog: basta con que pinchéis en ese término de la nube de etiquetas para comprobarlo. Pero además de defender el amor a la sabiduría o el amor romántico, nosotros sentimos un amor desmedido por el orden.
Sí, los bibliotecarios somos gente de orden, sobre todo alfabético y sistemático. Nada mejor que unas estanterías ordenadas para asegurarnos que un usuario encuentre el libro que está buscando. Y esa “manía” porque los libros de una misma materia estén juntos obedece a nuestra fe en la serendipia: ¿cuántas veces habéis buscado un documento determinado y habéis sentido un flechazo instantáneo por otro que andaba cerca?
Para asignar un lugar a cada libro, utilizamos una clasificación codificada y decimal en la que cada área del conocimiento está representada por un número del 0 al 9 (CDU o Clasificación Decimal Universal). Para subdividir cada área en otras más específicas, vamos añadiendo cifras a la derecha: 5 es el número para las Ciencias puras, 51 el de las Matemáticas, 517 el del Análisis Matemático, etc. A veces, también usamos otros signos de puntuación como : para expresar las relaciones entre las distintas materias (por ejemplo, 17:7 sería la moral en relación con el arte). Hoy, día de San Valentín, queremos rendir un homenaje a esos humildes : porque son para los libros lo que el amor para los humanos (¿acabará bien la relación de nuesto 17 con nuestro 7?) .
Así que ¡viva el amor! pero recordad que no lo habrá para los libros desordenados.