En el año 2030, Ted Mosby decide contarle a sus hijos cómo conoció a su madre. Esta es la premisa de la que parte How I Met Your Mother (Cómo Conocí a Vuestra Madre), que se ha consolidado como una de las mejores comedias de situación que podemos ver actualmente en la pequeña pantalla.

Mosby se remonta a 2005 para empezar a contar su historia, partiendo del momento en que se da cuenta de que, a sus 30 años y trabajando como arquitecto, ya es hora de sentar la cabeza, casarse y tener hijos. Esto ocurre justo en el momento en el que su mejor amigo y compañero de piso, Marshall, se declara a Lilly después de 9 años de noviazgo. En escena entrará Barney Stinson, un joven y atractivo empresario cuya única preocupación en la vida es a qué chica se ligará esa noche y qué rocambolesco plan ideará para conseguirlo.

Cuando Barney intenta convencer a su amigo Ted de que el amor verdadero no caerá del cielo, aparece Robin Scherbatsky, una reportera canadiense que acaba de llegar a Nueva York para trabajar en un canal de televisión local. Tras el flechazo inicial, Ted y Robin iniciarán una peculiar historia de amor y desamor que convertirá a la reportera en una más del grupo.

Cada capítulo de 25 minutos cuenta una historia diferente narrada por el Ted Mosby adulto y deja el interrogante abierto de cuál de todas las chicas que va conociendo a lo largo de la serie será la madre de sus hijos. El humor y el ingenio se establecen como la base de la línea narrativa y de elementos técnicos como el montaje, ambos condicionados por la libertad que supone contar la historia desde el punto de vista del personaje principal, quien omite y añade detalles según convenga.

Indiscutible sucesora de la saga Friends, pero con un punto más ácido y gamberro, How I Met Your Mother abre la puerta a un nuevo concepto de comedia que combina el uso de lo absurdo al estilo de series de animación como Family Guy, con mecanismos narrativos tan elaborados como los de la aclamada Lost. Blanca Madrid. Alumna de la UC3M