Cada vez más y con mayor asiduidad, la gran pantalla simula la realización y el montaje de su hermanastra (por eso de fea y malvada) la televisión, y se ha pasado de admirar un arte en mayúsculas, ARTE, a consumir un producto que lamentablemente llega a ser, SUB producto, en numerosas ocasiones.
La contemplación y la reflexión han dejado paso a los parques audiovisuales donde triunfan las montañas rusas y las norias, donde los planos no duran más de lo que dura un parpadeo, los conflictos del relato se sustituyen por peleas y la acción de la historia se limita a persecuciones. En fin, toda una amalgama de inconformistas de la moda por que sí, o simplemente los que se marean con tanta cabriola absurda y sin sentido han encontrado un reducto: la serie de tv Los Soprano.
El cine clásico vuelve a la pantalla y sorprendentemente a la más pequeña (¿se estará convirtiendo la hermanastra en candidata para el príncipe azul?), para ser galardonada con 20 premios Emmy y 5 Globos de Oro en su carrera televisiva entre 1999/2007.
La familia mafiosa de New Jersey marca como nadie la adaptación a los nuevos tiempos de personajes anclados en la tradición; adaptase o morir, eso es lo que habrán pensado los señores de la televisión, Los Soprano. Javi López-Bueno. Alumno de UC3m
Los Soprano en la biblioteca
Los Soprano en la biblioteca