Una tarde de verano, después de la siesta, alguien había puesto en el tocadiscos un disco de Elmore James y yo estaba leyendo “La balada del café triste” de Carson McCullers. Me habían dicho que era más faulkneriana que el propio Faulkner. No sé, pero en todo caso se trata de un libro para leer en una tarde de verano, moviendo ligeramente las caderas al ritmo del blues… pero no, no es un libro triste.
¡Ah! Ese es un libro magnífico. Y después de estos dos libros deberías leer “Reflejos en un ojo dorado”, de la misma autora. Hay una película sobre esta novela, la protagonizan Marlon Brando y Liz Taylor, dos actores muy sureños.
Sigamos con el Sur, el profundo sur de los Estados Unidos. Sé que te gusta no sólo literariamente, sino que incluso proyectas un viaje en Harley o en caravana ¿es compatible con la literatura? Cuéntame de otros autores, otros libros del Sur…
Se ha editado hace poco “Ocho mortales poseídas” de Tennessee Williams. Es un libro muy sensual, erótico, con 8 historias de mujeres, terribles, pero llenas de “una nostalgia mordaz y un humor grotesco” (dice la tapa del libro, je je). Y del propio Faulkner te recomiendo “Luz que agoniza”.
Yo es que de Faulkner sólo intenté leer unos relatos y no los aguantaba. Pero siempre me ha resultado atractivo por aquéllo de “hoy me siento Faulkner” que decían en “Amanece que no es poco”.
No es fácil leer a Faulkner. Te da la sensación de que sus personajes no evolucionan, parece que estén anclados en la tierra, o que se hundan. Y los relatos no son nada atractivos, es cierto. Pero cambiemos de tema.
Bien.
Del sur de Estados Unidos, rural y agrícola, al entorno urbano y moderno de Los Angeles, con las historias de Arturo Bandini escritas por John Fante en su tetralogía formada por “Camino a Los Angeles”, “Pregúntale al polvo”, “Espera a la primavera, Bandini” y “Sueños de Bunker Hill”. Esto es Los Angeles en estado puro; en estas novelas hay calor y polvo, dureza y esperanza.
Seguimos en Los Angeles, con uno de los más grandes guionistas de Hollywood: Truman Capote. Yo siempre he querido ser la señora Dolly Talbo, de “El arpa de hierba”, una señora de fantasía e imaginación desbordantes. Tan linda, es como un hada; siempre en la cocina, preparando elixires que vende por correo. Un personaje del sur fascinante. Y de Truman Capote tenemos, claro, “A sangre fría”, uno de los libros con lo que he pasado más miedo.
Es que es una historia real ¿no?
Por eso. Es el horror en estado puro. Y además es un punto y aparte en el periodismo. Pero como ya hemos tocado un poco el cine, vamos a por Dashiell Hammett. La novela negra por excelencia: dura, amarga, violenta. Sus novelas se han convertido en guiones de películas entre las más famosas de todos los tiempos. Este hombre había sido agente de la famosa Agencia Pinkerton, de detectives, y de ahí sacó historias reales para sus novelas. Recomiendo “La maldición de los Dain”, “Cosecha roja”, “El halcón maltés” y “La llave de cristal”. Y la recopilación de sus relatos, bajo el nombre tan sugerente de “Sólo te ahorcan una vez”.Y que no se nos escape este otro: Raymond Chandler (“Si me necesitas, sílbame”)
Cambiamos ahora a Gran Bretaña. Comenzamos con David Lodge, que es mi último descubrimiento, y el día que se me muera lloro de la pena. Cuando descubres un autor así, es como si te hubiera tocado el premio gordo de la Lotería de Navidad. Y eso me pasó con este hombre, David Lodge.
Yo he leído “La caída del Museo Británico”, y me reía en voz alta. Además me identificaba bastante con el personaje (padre de 3 niños, agobiado y todo el día metido en la Biblioteca, ja ja).
Es inteligente, tiene un sentido del humor que no ofende; satiriza la sociedad británica, disecciona con bisturí, y además es que domina el ambiente universitario de arriba abajo. Hay que leer “Intercambios” y “Terapia”; bueno, y “Sin noticias del Paraíso”. Lo primero que leí fue “El mundo es un pañuelo”.
Hablemos ahora de P.G. Woodehouse, otro humorista británico. En este caso se centra en crítica a la clase alta, burguesía rural y pequeña aristocracia, en lugar del ambiente universitario de Lodge. Woodehouse es para pasar un buen rato en verano. Y el maestro de maestros: Somerset Maugham. He acabado de leer “El caballero del salón”, un libro de viajes por la antigua Indochina, maravilloso. Pero lo suyo en realidad no son los libros de viaje: “Servidumbre humana” es una obra maestra de la literatura de todos los tiempos. Y “El filo de la navaja” o “El velo pintado”.
Otras dos que han ido al cine.
Y de Somerset también “Viajes por los mares del sur”, lo que nos lleva para acabar a Robert Louis Stevenson. Sólo hay que decir una cosa sobre este autor: que hay que leerlo. Y se nos han pasado Joseph Conrad y Graham Greene. Ya no nos queda más sitio ¿verdad?
Hermosa isla- Tu amado nombre
llega a mis oídos como la más suave música.
Amo ese mar, y alguna vez
he fondeado en las islas del Paraíso.