El mal de Portnoy, de Philip Roth

Dic 11, 2007 | 365 días de libros

La última novela traducida al español del escritor estadounidense Philip Roth es “El mal de Portnoy”, una de las primeras que escribió (Portnoy’s Complaint, en 1969) y que se ha convertido en la más popular de su obra, además de una “marca de autor” por sus características: texto sarcástico, autobiográfico, cargado de referencias a la frustración sexual y los deseos reprimidos, y escrito en un lenguaje deliberadamente literario. Obra de abierta franqueza sexual y escatológica, se estructura como el monólogo que Alexander Portnoy, el protagonista, mantiene con su psicoanalista narrando episodios desde su infancia hasta su madurez, insertando diálogos y pensamientos propios en el texto.

¿Sueños? ¡Ojalá! Pero yo no necesito sueños, doctor, de ahí que rarísimamente sueñe; porque tengo mi vida, en cambio. ¡En mi caso, todo ocurre a plena luz! El pan nuestro de cada día, para mí, es lo descomunal y melodramático. Las coincidencias que se dan en los sueños, los símbolos, las situaciones espantosamente irrisorias, las trivialidades curiosamente siniestras, los accidentes y las humillaciones, los golpes de suerte insólitamente bienvenidos, o las rachas de infortunio que otras personas experimentan con los ojos cerrados, todo eso ¡yo lo tengo con los ojos de par en par!

Novela publicada originalmente en 1969, se suele etiquetar como hija de la revolución sexual de 1968, heredera de las literaturas de fuerte carga psicoanalítica, de tendencia post-joyceana, pero está al mismo tiempo dotada de un lenguaje más propio de los monólogos de los humoristas de “El Club de la Comedia” que de la introspección atormentada ante el terapeuta, y donde las referencias claramente autobiográficas son crueles sobre todo para sí mismo.

Ah pero está (hagamos una reverencia) mi “dignidad”, que no conviene olvidar: mi buen nombre. Qué pensará la gente. Qué pensaré yo. Doctor, esta chica había un tiempo en que lo hacía por dinero. ¡Dinero! ¡Sí! ¡Creo que lo llaman “prostitución”! Una noche, alabándola (en todo caso, ese motivo pensé que me impulsaba) le dije: “Tendrías que vender esto. Es demasiado para un sólo hombre…” Por pura cortesía, comprende usted… ¿O fue por intuición? Total, que me contesta: “Ya lo he vendido”.

Roth, judío de Nueva Jersey, premiado múltiples veces, “eterno aspirante al Premio Nobel”, escritor profesional y profesor universitario, ha sido militar y activista político de izquierdas, ha escrito sobre la enfermedad y el deseo, sobre sus mujeres y ex-mujeres, sobre su familia y su infancia, sobre terroristas, sobre las tradiciones judías y el sionismo, sobre la “América profunda”, el racismo, la ambición política… pero siempre con el trasfondo autobiográfico, de cruel sarcasmo, irreverente y, según su propia confesión escribe “undermining experience, embellishing experience, rearranging and enlarging experience into a species of mythology”.

“¡Qué padre! ¡Qué padre el mío, bondadoso, angustiado, incapaz de comprender, siempre estreñido! Condenado a la obstrucción permanente por el Sacro Imperio Protestante. La confianza en sí mismos y la astucia, combinadas con las dotes de mando y las buenas relaciones, situaban a los rubios de ojos azules de la generación de mi padre en los puestos de mando, en los puestos desde los cuales se inspira a los demás e incluso, si es menester, se les somete a opresión; pero él, de todo eso, no poseía ni la centésima parte. ¿A quién iba a oprimir? Él era el oprimido. “

La Biblioteca del Campus de Colmenarejo de la Universidad Carlos III ofrece, a partir del 10 de diciembre y coincidiendo con la apertura de un plazo extraordinario de préstamo de vacaciones, una selección de novelas para que los alumnos os las llevéis en préstamo, las leáis en vacaciones, y desbanquéis los malos resultados del último informe PISA.

¡A leer!

(Honorio Penadés)

 

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